Desde este artículo pretendemos poner sobre la mesa algunas medidas que diferentes administraciones han llevado a cabo así como algunas sugerencias propias y por supuesto las que nuestros lectores quieran aportar, para mejorar la imagen de los vehículos eléctricos en nuestro país.
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La llegada masiva de los vehículos eléctricos es cuestión de tiempo, pero en las manos de nuestras administraciones, fabricantes y distribuidores está la de acelerar esta llegada o retrasarla, como suele suceder con los adelantos tecnológicos en España.
Sin duda alguna que facilitar la homologación de vehículos con motor de explosión en eléctricos es la mejor forma ya que permitirá acercar a la calle cientos o miles de modelos convertidos en los garajes de nuestras casas y con ello expandir una cultura eléctrica. Cada vehículo convertido será un anuncio sobre ruedas que decenas y cientos de personas podrán conocer cada día y es que los que conocen en persona a un coche o moto eléctrica no podrá sacárselo de la cabeza.
Esto no supone un esfuerzo para ninguna administración y aunque se escuda en que es una normativa europea, países como Alemania o Inglaterra facilitan enormemente la labor, simplemente con una visita a la itv y ver que cumple las normas de seguridad activas y pasivas se certifica en el mismo día por apenas 40 euros.
Hace pocos días hemos conocido que el gobierno de Nueva Zelanda liberaría de forma inmediata del impuesto municipal a los vehículos eléctricos, algo casi testimonial en lo económico pero muy llamativo en el plano mediático.
Sin duda que una campaña promocional en los medios será fundamental, pero si no hay un despliegue de una red mínima de recarga todo serán esfuerzos inútiles. Aunque la mayor parte de los que acceden en primer lugar a un eléctrico tendrá posibilidad de recargarlo en casa, el factor psicológico es fundamental y el argumento de «es que no hay puntos de recarga» puede ser demoledor. Una normativa para que todas las poblaciones de más de 10.000 habitantes instalen al menos dos puntos de recarga con plaza de aparcamiento reservada sería una forma sencilla y económica. Tras ello ir expandiendo los puntos de recarga con acuerdos con los centros comerciales, administraciones, hospitales, centros deportivos…
Las subvenciones para la adquisición de modelos. Hasta ahora hemos visto como los vehículos más caros han recibido las mayores subvenciones, resultando situaciones tan absurdas como que el Fiat 500 reciba 7.000 euros (con un coste sin sentido de 57.188 euros) mientras que el Chino BENNI con un coste de 14.152 euros (un precio real y asumible) solamente reciba 1.830 euros. Tal vez se escuden en la potencia, pero las prestaciones apenas varían unos pocos kilómetros de velocidad y de autonomía.
En el área de Los Ángeles, los conductores de coches eléctricos disponen de cientos de puntos de recarga con aparcamiento gratuitos, además como en otros lugares como Londres pueden utilizar los carriles reservados a vehículos especiales además de no tener que pagar el peaje de entrada en la City de la capital británica.
En nuestro país apenas existen algunos carriles de alta ocupación, VAO, que podrían ser abiertos a los coches eléctricos sin limitación de ocupantes.
Bueno, estas son solamente algunas propuestas, ahora es vuestro turno de decirle a las administraciones que pensáis que deberían hacer.
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