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Tesla Roadster, de cerca.


En una reciente visita a la capital alemana, hemos tenido la oportunidad de sentarnos tras el volante de un Roadster Sport Signature Edition. Concretamente la unidad nº 135 de 250. Aunque resulte difícil no dejarse llevar por nuestro entusiasmo por éste modelo, trataremos de ser objetivos.


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Las primeras impresiones fueron muy positivas, a ojos de quien aprecie los detalles, el aspecto del biplaza es impecable denotando altos estándares de calidad, sin que ello implique la utilización innecesaria de materiales ostentosos.


Tras tomar unas cuantas fotos del exterior, la primera agradable sorpresa aparece en cuanto nos disponemos a abrir la puerta. El bólido carece de tiradores, en su lugar lleva escondido un pulsador que acciona la apertura automática. El tacto de los materiales y sonidos de algo tan simple como abrir y cerrar la puerta, nos deja muy satisfechos. Llegados a este punto hay que destacar que resulta algo incómodo el acceso al habitáculo, al menos para quien no esté acostumbrado a entrar y salir de un coche deportivo.

Entre el marco de la puerta y el asiento, existe una pieza de kevlar que cubre la robusta estructura de aluminio. Dada la anchura de ésta pieza y a su vez lo bajo que se encuentra el asiento, a escasos centímetros del suelo, resulta algo difícil sentarse sin tener que utilizar el volante como apoyo. No es un defecto de éste modelo, si no una característica de éste tipo de vehículos.


Una vez dentro, no hemos encontrado ningún detalle que no cumpliese nuestras expectativas, tratándose de un modelo tan costoso y exclusivo. El volante tiene un diámetro bastante inferior a un automóvil convencional, otra característica de los modelos de éste segmento. Los asientos son cómodos, lo único que resulta un tanto raro es la postura de conducción, pues el respaldo forma un ángulo casi recto con respecto a la banqueta y no se puede reclinar. Suponemos que es otra característica de los roadsters en general. Los pedales tienen un tacto correcto, a coche parado.


Otra agradable sorpresa nos la llevamos al presionar el botón de apertura del maletero, pues se abre de modo automático, suavemente y sin ruidos. Pudimos comprobar que el volumen del maletero es muy limitado, habiendo espacio sólo para una bolsa de deporte, un par de mochilas o una maleta compacta. Además del compartimento para el equipaje, pudimos ver de cerca la electrónica de potencia, totalmente sellada, así como las tres fases de alimentación del motor y el depósito de expansión del circuito de refrigeración de las baterías. También es visible una parte del ingente pack de baterías.


En el compartimento delantero/capot, no hay espacio para equipaje, tan sólo sirve para acceder a los elementos electromecánicos tales como la bomba de vacío/servofreno, los depósitos del líquido de frenos y limpiaparabrisas y los electroventiladores del radiador, así como un pequeño módulo electrónico que suponemos se encarga de gestionar todos los accesorios eléctricos del vehículo (climatización, elevalunas, cierre centralizado, alarma, limpiaparabrisas, etc).


La toma de recarga con su respectiva tapa también transmite calidad, al estar iluminada y terminada en aluminio. La manguera de recarga para tomas monofásicas de 220v – 50Hz, termina en un enchufe shucko estándar y se guarda en el maletero en caso de necesidad. Un detalle que hemos observado es que incluso con el contacto quitado, si nos acercamos al vehículo podemos escuchar un ligero ruido procedente de la batería de ion-litio, similar al que hace cualquier batería que contenga electrolito líquido en su interior al cargarse o descargarse.


Es curioso que hiciera este sonido estando cargada, en stand-by, creemos que se debe a que el BMS se encuentra continuamente equilibrando las miles de células individuales que componen el pack. Por así decirlo, la batería es la única parte «viva» de un VE y en este caso podemos escuchar su «respiración».

Lo único que nos faltó por analizar fue el funcionamiento de la capota rígida, y por supuesto, probar el coche. El propietario del concesionario nos comentó que no son distribuidores oficiales de Tesla, por tanto no ofrecen pruebas del vehículo. Se trata de un llamativo modo de hacer publicidad, al ser visible desde el exterior del local. Ofrecen, no obstante, la posibilidad de alquilarlo por el módico precio de 1.000€ al día. Quienes estén interesados en adquirir el vehículo, tendrían que contactar con el concesionario de Munich. Al parecer ya hay un Roadster con matrícula española, cuyo propietario es un alemán residente en Mallorca.


Agradecimientos a Beres Seelbach, director de la empresa Lautlos Durch Deutschland, afincada en Berlín.

Link: www.lautlos-durch-deutschland.de


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