El gran fabricante de baterías y coches -algunos de ellos eléctricos- chino parece que está en apuros. Sus ventas están decreciendo (un 25% menos) y siete de sus fábricas le han sido confiscadas por el gobierno al estar edificadas en terreno agrario.
Dicha ilegalidad le ha sido multada con 2.95 millones de yuanes (400.000 dólares, o 291.000 € al cambio).
Además, el hecho de que BYD sea una empresa con su sede en Hong Kong le impide cotizar en el mercado de valores de China. En julio BYD dijo que podría retrasar la venta de acciones para esperar un «mejor momento». Al día siguiente, el gobierno anunció que investigaría sobre los negocios de sus tierras.
Fuentes:
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