Si el otro día hemos celebrado el primer aniversario del Nissan Leaf, hoy le toca el turno a su gran rival y compañero en esta nueva etapa de los coches eléctricos en el mercado. Ayer día 15 hace exactamente un año que se ha entregado la primera unidad del Volt a un comprador particular, tiempo durante el cual han sucedido muchas cosas, pero lo más importante es que GM ha restañado un error histórico después de la eliminación sin piedad del EV1.
Sin duda este año será recordado por la polémica generada por el famoso caso Voltgate, un problema sobre dimensionado que ha crecido como una bola de nieve y que de momento no sabemos sus verdaderas repercusiones ya que además de obligar a GM en la búsqueda de un nuevo tipo de batería, cambiando a su actual suministrador LG por A123, si no que también ha afectado a la llegada de la versión europea, el Ampera, que se encuentra temporalmente suspendida hasta determinar que ha provocado el incendio del pack de baterías tres semanas después de un crash test.
Pero no todo han sido malas noticias para la marca, y durante estos 12 meses hemos visto como ha ido creciendo una comunidad de usuarios que han buscado además de promocionar los vehículos eléctricos, también han buscado lograr la mejor eficiencia posible, siendo la media según GM de una visita a la gasolinera cada 1.600 kilómetros, aunque existen casos más extremos.
En cuanto a las ventas, en este aspecto el Volt ha sufrido unos inicios muy problemáticos, siendo superado por el Leaf casi constantemente por la poca capacidad de producción de la planta de Detroit, pero en los últimos meses ha logrado recuperar terreno sobrepasando al Leaf durante los meses de octubre y noviembre y llegando a las 7.500 unidades antes de final de año, una buena cifra aunque lejos de la previsión inicial de 10.000 unidades marcadas como objetivo a principios de año.
En definitiva, queda mucho por delante, comenzando por solucionar el problema mediático de las baterías, y sobre todo, lograr aumentar una producción que le permita cubrir la importante demanda existente, una demanda a la que no le importa ni su limitada autonomía eléctrica, unos 56 kilómetros según la agencia americana, ni el elevado precio, 38.900 euros para la versión europea, el Ampera, y que pone sobre la mesa que los consumidores quieren coches eléctricos.
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