Parece que a los coches eléctricos les está costando despegar en nuestro mercado, donde la limitada oferta, elevados precio y pobre infraestructura de recarga, se une a la crisis económica y de confianza. Una situación que a pesar de elevar las cifras en un 83% respecto a las del año pasado, ha supuesto la entrega de apenas 22 unidades en todo el país.
Por comunidades, hay diez que no han logrado matricular ni una sola unidad, son La Rioja, Aragón, Asturias, Baleares, Cantabria, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia y Murcia, regiones donde la llegada del coche eléctrico parece que lo está teniendo más duro. Por el otro lado destaca Madrid, con 11 unidades, la mitad del total, seguida por Cataluña, con 5 unidades, seguidas por el País Vasco, con 2, mientras que Canarias, Castilla-La Mancha, Navarra y Andalucía, han podido matricular una única unidad cada una.
Sin duda cifras muy preocupantes en un país donde el consumo interno está cayendo de forma alarmante, y que a pesar de la oportunidad de crecimiento que nos pueden ofrecer los vehículos eléctricos, estos continúan siendo un nicho marginal sin apenas presencia en nuestras calles. Las 22 unidades matriculadas el pasado mes pueden ser comparadas con los 744 híbridos vendidos durante el mismo periodo, un segmento que tampoco pasa por su mejor momento al ver caer sus ventas respecto al pasado 2011 del 31,2%.
Sin duda que los elevados precios son un impedimento muy importante para su acceso, por lo que desde el gobierno deberían ponerse más facilidades para su adquisición, y ya que las ayudas son un bien escaso y en peligro de extinción por los recortes, hay formas mucho más sencillas y económicas que animarían las ventas, como por ejemplo un cambio en el sistema de ayudas, que no obligue al comprador a abonar el total del vehículo en el momento de la compra y esperar hasta que se le ingresa la ayuda en su cuenta, algo que tiene un efecto psicológico negativo en el comprador menos apasionado.
También una exención temporal de impuestos sería una medida positiva, algo que tendría que contar con la aprobación de Bruselas, pero que ya aplican países fuera de la UE, como China o Islandia, y que no tendría apenas impacto en las cuenta del estado, por la limitada penetración de estos vehículos en nuestro mercado, aunque sin llegar al extremo de Estonia, donde las ayudas llegan a los 18.000 euros.
Lo que está claro es que no podemos seguir con la situación actual, donde un particular sin grandes conocimientos del sector se acerque a un concesionario, por ejemplo de Chevrolet, y el comercial le diga que el Volt está en 49.000 euros, o que el Nissan Leaf salga en 35.950 euros…verdades a medias que asustan a muchos potenciales compradores.
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