Llega a su fin el sueño de la empresa energética Optiman Energy de crear el primer coche eléctrico de África, el Joule, que después de tres años de su presentación ha cerrado su actividad al no lograr la financiación necesaria para poner en marcha la producción.
Se trataba de una obra del diseñador de Jaguar, Keith Helfet, que había creado un pequeño monovolumen con unas buenas capacidades y un aspecto agradable, que incluso llegó a pasear su silueta por el salón de Ginebra del 2010, pero que al final no ha logrado alcanzar la producción comercial.
El Joule era un modelo ambicioso, y según sus creadores era capaz de alcanzar una autonomía de unos 300 kilómetros con cada carga, y además de un diseño agradable, disponía de los elementos de seguridad habituales en los turismos y había logrado cuatro estrellas en las pruebas Euro NCAP.
Las expectativas sobre este modelo eran muy grandes, y entre ellas se esperaba que lograse la creación de 10.000 puestos de trabajo y entrar en el mercado europeo gracias a una red de distribución que contaba con 130 establecimientos interesados, y para demostrar sus capacidades llegó a ensamblarse una pequeña flota que ha estado en funcionamiento todo este tipo en Ciudad de Cabo.
Al final el sueño no ha sido posible y el Joule pasará a la lista de los proyectos que han nacido en la primera fase del renacimiento de los coches eléctricos, pero que han fracasado en su intento por llegar al mercado, lo que pone sobre la mesa lo complicado que es triunfar en una industria en maduración que exige mucho músculo financiero.
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