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Proyecto Fantic eléctrica, la electricidad y el trial

No hay lugar a dudas de que los motores eléctricos y las motos de trial forman una combinación perfecta para lograr una evolución de una disciplina cuyas motos no requieren grandes baterías, y que además se trata de una disciplina que está fuertemente ligada a la naturaleza, un espacio donde los motores de explosión además de contaminantes, son ruidosos y molestos para el resto de personas.

A esto sumamos su tremenda sencillez de manejo, lo que nos da como resultado una alternativa que atrae cada vez más a niños, que sienten más atracción por el silencio de las eléctricas, pero que también cada día atrae más la atención de los mayores, que ven en esta alternativa una opción de poder disfrutar a tope del entorno, y sin molestar con humo ni ruido. Este es el caso de Javier Conde, un convencido de la movilidad eléctrica que ha realizado una conversión de lo más interesante y con el que ha sorprendido a propios y extraños en el pasado Trial Open de Port de la Selva, Girona.

La historia de Javier y las motos eléctrica se remonta a 1999, cuando el concesionario de Honda en Barcelona le ha dejado probar un scooter eléctrico, un modelo que a pesar de lo básico de su diseño y prestaciones, cautivó a Javier que desde entonces ha tenido en mente la creación de su propia moto eléctrica.

La idea era convertir una moto de trial, para permitirle salir los fines de semana sin el aullido del motos de explosión, pero el principal problema que se ha encontrado es que las motos de trial modernas apenas dejan sitio para la batería, lo que se llevó a buscar algo diferente, y de esta forma después de descartar varios modelos, como una Bultaco Sherpa,  ha optado por un diseño clásico, nada menos que una una Fantic 200 que según Ángel Magriña, especialista en recambio de Fantic y la persona que ha cedido la moto, había participado en la segunda guerra mundial.

Usando su tiempo libre, en cuatro semanas la moto estaba lista para su debut, un tiempo donde todo el proceso ha seguido un estilo artesanal con la única excepción de la transmisión, que ha sido el único elemento que ha necesitado un plano para verse completada. Sin duda uno de los componentes más importantes de una moto de trial son sus suspensiones, y es por eso que Javier ha decidido instalar los mismos muelles que lleva la Moto Guzzi, aunque no especifica de que modelo se trata.

Finalmente el día 6 de septiembre la moto estaba lista para su estreno, y patrocinadores y aficionados han podido probarla dando un veredicto más que satisfactorio al rendimiento de la moto, e incluso Andreu Codina, conocido ex-piloto de trial, ha destacado con sorpresa las cualidades de la conversión.

El objetivo de este proyecto según nos explica Javier, es además de disfrutar de una moto de trial eléctrica, lograr que otros se unan a la ola de motos eléctrica y además, lograr que las distintas federaciones acepten a estos modelos dentro de las competiciones, lo que sin duda supondría un importante impulso para su desarrollo y también para el mercado.

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Fuente | Todotrial


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