Esta semana una filtración desde dentro del fabricante chino ha hecho saltar las alarmas y es que según esta fuente, sin confirmar todavía, los pésimos resultados que BYD está logrando en los últimos años con su división de coches gasolina podría empujar a abandonar su fabricación y centrar los esfuerzos en el negocio de los coches y los autobuses eléctricos.
Esta información ha partido según la agencia Reuters de un directivo de BYD que no ha querido ser identificado y que ha afirmado que la caída de negocio en la venta de coches con motor de combustión había sido demasiado grande, pasando apenas 61 millones de dólares hace cuatro años a los 13 millones el pasado ejercicio, una dinámica nefasta que de no mejorar de forma sustancial en los próximos dos años sentenciará a los modelos con motor de combustión.
No ha ayudado alas cuentas de BYD el fallido intento de expandir su negocio en mercados como el norteamericano, donde finalmente no han conseguido entrar, y sólo sus modelos eléctricos se han hecho un pequeño hueco en flotas privadas de taxi y programas gubernamentales puntuales, ya que el esperado BYD E6 tampoco ha logrado desembarcar a nivel comercial acumulando un retraso de más de dos años desde las primeras fechas de llegada.
Pero esta parece la última esperanza de BYD de mantenerse en este sector, y la lentitud con la que los fabricantes occidentales se están moviendo en el transporte de personas mediante vehículos eléctricos parece brindarle una oportunidad, un espacio donde tanto su coche eléctricos como sobre todo su autobús tienen posibilidades a nivel comercial, pero unos vehículos que deben superar además de la barrera natural de los eléctricos, también la tradicional desconfianza hacia los fabricantes chinos.
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Fuente | Greencarreports
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