Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los coches impulsados por una pila de combustible de hidrógeno es el elevadísimo coste de los materiales que conforman su sistema que convierte el hidrógeno en electricidad, unos elementos como el platino extremadamente escasos y que supone uno de los principales retos a superar por los fabricantes de esta tecnología.
Pero ahora un grupo de investigadores de la universidad de Seúl y dos grupos de investigadores norteamericanos han publicado los primeros resultados de sus trabajos para lograr sustituir el costoso platino por un material que además de mucho más barato y fácil de producir, puede ayudar a mejorar la eficiencia del sistema de forma significativa.
En las primeras pruebas realizadas por este grupo de investigadores, el cátodo ha sido impregnado con nanopartículas de grafeno reforzado por yodo que ha dado una reacción del oxigeno más eficiente, a lo que podemos sumar una capacidad de producir hasta un 33% más más corriente que un cátodo recubierto con platino y que ha dado un sistema más asequible de producir y por lo tanto más sencillo de llevar a una producción en masa.
A esto debemos sumar el importante avanza también en la durabilidad de la pila de combustible, uno de los secretos mejor guardados por la industria, y de esa forma esta novedosa tecnología ha logrado que los electrodos recubiertos con las nano plaquetas mantengan entre el 85.6% y el 87.4% de su corriente inicial después de 10.000 ciclos, mientras que los electrodos de platino mantienen sólo 62,5 por ciento.
Los ingenieros ahora están trabajando en el uso de metanol como fuente de alimentación para los futuros coches, pero se enfrentan a un problema en la creación de una red de abastecimiento idéntico al que frena el despliegue del coche a hidrógeno que después de rebajar sus costes y mejorar su eficiencia, tendrá que afrontar una inversión mucho mayor con la construcción de una red mundial de hidrogeneras.
Vía | Phys
