Madrid abre el carril bus a los híbridos y eléctricos
La calidad del aire de la capital es lamentable. Los niveles de contaminación que se están alcanzando urgen a tomar medidas drásticas si Madrid no quiere convertirse en una ciudad china tomada por las mascarillas y las enfermedades respiratorias. Para esto la Comunidad ha puesto en marcha un plan para reducir estas emisiones.
Dentro de la Estrategia de calidad del aire y cambio climático, la Consejería de Medio Ambiente ha puesto en marcha un plan para reducir las emisiones contaminantes en 30.000 toneladas hasta el 2020. Una de las medidas es promocionar la paulatina sustitución de vehículos diésel y gasolina por alternativas, como los coches eléctricos, híbridos, o a gas, que para incentivar su compra podrán circular por los 17 kilómetros del carril Bus-VAO de la autovía del noroeste, la A-6.
El plan es sobre el papel bastante ambicioso. Se pretende que para finales de la década toda la flota de taxi de Madrid haya cambiado a una de las alternativas al diésel. En total se trata de 100 medidas que están respaldadas por un presupuesto de 81 millones de euros.
Son varios los puntos prioritarios para la comunidad. Los taxis, con una flota de 16.500 coches, son una importante fuente de emisiones en la comunidad. Para incentivar el cambio los profesionales tendrán ayudas de entre 1.000 y 6.000 euros para adquirir un modelo alternativo, unas ayudas que estarán disponibles durante los próximos 7 años.
Eléctricos. El Plan Azul+ quiere expandir la infraestructura de recarga de los coches eléctricos. A pesar de ser una de las alternativas que más emisiones puede evitar, de momento no hay una estrategia clara, y se limita a recomendar su instalación en centros comerciales y zonas visibles, pero sin precisar el número a alcanzar.
Otra de las medidas que más se han extendido por Europa en la creación de zonas sensibles. Las llamadas zonas de bajas emisiones (ZBE) suelen estar en los centros urbanos con mayor densidad de población, y donde se limita la circulación de motores de combustión. Pero de momento Madrid parece que sólo se acercará a la idea original, e incentivará el uso de bicicletas y vehículos de bajas emisiones, pero sin limitar el acceso a los motores diésel y gasolina.
El aeropuerto de Barajas también forma parte del plan para reducir emisiones. Este supone nada menos que el 6% de las emisiones de la comunidad, y se pretende reducir esa cifra. Aunque de momento no sabemos cuales serán las medidas a tomar, pero las posibilidades son muchas. Desde electrificar el transporte que conecta el aeródromo con la capital, como hacer lo mismo con los medios que se usan dentro del propio aeropuerto, hasta el uso de «narices eléctricas» que permitan a los aviones poder realizar las últimas operaciones sin usar sus motores siendo remolcados por elementos eléctricos.
La cuestión es que la intención es buena, pero sólo con buenas intenciones no se reduce el tremendo problema ambiental de la comunidad de Madrid. Destinar apenas 81 millones de euros durante los próximos 6 años para paliar esta problemática parece una broma. Sobre todo cuando por ejemplo se han destinado partidas mucho mayores a chapuzas, como los 500 millones de euros de la ciudad de la justicia y una larga lista de despilfarros con los que se podría financiar la compra de coches eléctricos, híbridos para media España.
Vía | Comunidad de Madrid