Demasiados coches eléctricos, y pocos puntos de recarga
En 2010 la empresa alemana SAP instaló 16 puntos de recarga en sus instalaciones de Silicon Valley. Se trataba de dar servicio a un puñado de usuarios que habían solicitado un espacio donde recargar.
Pero tres años después, la situación es muy diferente. En estos momentos son más de 60 los empleados que acuden al campus a los mandos de un coche enchufable. Esto ha generado una serie de problemas, ya que la infraestructura continua contando con sólo 16 puestos donde recargar.
La proporción es llamativa. 3.8 coches por cada punto de recarga, algo que antes o después supondría una fuente de tensión. Según los responsables de la empresa, en una primera fase, los usuarios se conocían y se avisaban mediante mensajes de cuando la batería estaba llena, para que el propietario acudiese a retirar su vehículo.
Pero con 61 coches, la situación ha degenerado hacía desconexiones en medio de una recarga, o simplemente coches que ocupan un espacio incluso después de terminar el proceso. Esto ha llevado a la empresa a redactar una serie de normas para poner un poco de orden en este gallinero. Sobre todo si tenemos en cuenta un detalle. Los puntos de recarga están sirviendo para atraer a trabajadores cualificados, que ven en esta infraestructura un aliciente para quedarse en la empresa.
Algunas empresas, con un 10% de empleados con coches eléctricos, han decidido organizar unos horarios. La idea es que cada usuario sepa cuando debe mover su coche y dejar el espacio para un compañero. Lo hacen mediante un simple horario como si de las tareas de una casa se tratase. Algo sencillo, pero funcional.
Lo básico es el sentido común. No podemos en ningún caso desconectar un coche que esté recargando. Pero de la misma forma, no podemos dejar nuestro coche eternamente ocupando una plaza, sobre todo si la batería cuenta con suficiente capacidad para nuestros desplazamientos. Una simple cuestión de ética que hará la convivencia más civilizada.
Vía | Contracostatimes