Este verano comenzará a llegar al mercado la versión eléctrica del compacto más popular del mercado, el Volkswagen e-Golf. Un modelo que en su versión con motor de combustión lleva décadas como uno de los más vendidos, y de los más deseados.
Pero a pesar de que su historia le precede, el segmento de los coches eléctricos cuenta con algunas diferencias respecto al mercado tradicional. El prestigio de las mecánicas alemanas quedará en un segundo plano ante unas mecánicas mucho más sencillas, a la que además ha llegado con más de tres años de retraso respecto a los fabricantes más madrugadores.
La propuesta de Volkswagen con su Golf eléctrico parece un calco del Nissan LEAF que hemos visto debutar hace ya más de tres años. 85 kW de potencia en su motor, por los 80 kW del LEAF, 24 kWh de batería que le proporcionan una autonomía de 190 kilómetros según el ciclo NEDC. Un detalle les diferencia, y no precisamente en beneficio del Golf, el formato de recarga rápida, CCS para el alemán, y CHAdeMO para el japonés, mucho más extendido en el mercado europeo.
Entonces si a nivel mecánico no nos ofrece ninguna novedad, y a nivel de precio estará ligeramente por encima del LEAF, desde 35.500 euros, podemos pensar que Volkswagen tendrá que jugárselo todo al prestigio ganado todos estos años. Pero aquí es donde el planteamiento de VW puede chocar con la realidad.
Primero por que VW todavía tiene que preparar a una red de concesionarios que en su mayor parte no saben ni que tienen ya un coche eléctrico en su catálogo, el e-Up. Una red de concesionarios todavía menos motivada a vender este tipo de tecnología, ya que son líderes en motores de combustión. Si a todo esto sumamos una capacidad de producción que como le ha sucedido a todos los fabricantes, arrancará con pocas unidades a la semana, el resultado será que no será como pronto hasta 2015 cuando muchos podamos ver un Golf eléctrico en nuestros puntos de venta más cercanos.
Se trata en definitiva de un interesante movimiento publicitario. El problema para VW es que hablamos de un mercado donde ya hay otros fabricantes que se lo han tomado mucho más en serio. El resultado es que el e-Golf no alcanzará unos niveles de ventas espectaculares. En el mercado por un precio similar, o incluso inferior, veremos alternativas como el BMW i3, el Mercedes Clase B ED, el propio Nissan LEAF, unos modelos que están contando con un fuerte respaldo por parte de sus fabricantes, que no los ven como simples armas publicitarias y no hay mejor forma de vender algo, que querer venderlo.
