Hace pocos años la prestigiosa revista Forbes catalogaba a Bolivia, como la Arabia Saudí del litio. Un mineral que cada día que pasa gana más protagonismo, y donde el coche eléctrico tendrá un papel fundamental en su futuro.
Bolivia es uno delos países que mayor potencial de producción tienen. A pesar de ello, la capacidad actual es muy baja. Una situación que los expertos esperan que de sufra un cambio importante a finales de la década, que será cuando se espera la explosión de ventas del coche eléctrico, y donde el litio de Bolivia jugará un papel muy importante.
El salar de Uyuni es un ejemplo del potencial de Bolivia. Una superficie de 10.000 kilómetros cuadrados plagado de litio. Un lugar que es el escenario de los primeros pasos de la producción local de baterías.
[blocktext align=»left»]Bolivia está por detrás de Australia y Chile en producción de litio. Una dinámica que esperan cambiar a medio plazo[/blocktext]Con la ayuda de tecnología china, el gobierno de Evo Morales ha puesto en marcha una instalación de 1.600 metros cuadrados, donde se está formando la mano de obra que el un futuro tendrá que alimentar una demanda que no parará de crecer. Según los expertos, en estos momentos la producción anual de litio (entre 100.000 a 170.000 toneladas) es mayor que la demanda. Una dinámica que para el 2020 se espera que de un cambio de 180 grados, y las ventas de coches eléctricos permitan que la demanda supere a la producción.
Esto también tendrá su impacto en el coste de este material. En los últimos años con el aumento de la demanda de los dispositivos electrónicos, el coste ha pasado de los 330 euros por tonelada en 2003, hasta los 2.200 euros en 2009. Una cifra que se espera siga creciendo, y llevando recursos al segundo país más pobre de América latina.
En estos momentos la planta situada en la localidad boliviana de La Palca, cuenta con 21 operarios locales que están siendo entrenados por expertos chinos. Esta instalación experimental cuenta con una capacidad de producción diaria de mil baterías para teléfonos móviles y 40 baterías de mayor capacidad destinadas principalmente para bicicletas eléctricas, y también para pequeños automóviles.
El objetivo es estar preparados para la explosión de ventas que se espera tenga el segmento de los coches eléctricos a medio plazo, y además hacerlo de una forma ordenada y responsable, evitando errores del pasado. Un pasado donde se han puesto los recursos en manos de multinacionales extranjeras, que han aprovechado los recursos naturales de forma irresponsable, y dejando muy pocos beneficios en los lugares de extracción.
Vía | Ecoavant
