California es un ejemplo de lo que sucederá en otros mercados en unos años, o décadas. Están muy por delante en aspectos como la promoción del coche eléctrico, con normativas tan ambiciosas como la ley de emisiones, que obliga a los fabricantes a tener al menos un modelo eléctrico en su gama.
También han puesto en marcha un programa adicional de ayudas, que añade 2.500 dólares a los 7.500 del gobierno central. Pero ahora han aparecido muchas voces pidiendo que esta ayuda se limite a los modelos más económicos. Algo que parece totalmente razonable, y que podría servir también en nuestro mercado.
Y es que aunque parezca mentira, el comprador de un Tesla de 100.000 dólares, o de un Cadillac ELR, de 70.000, pueden acceder a los 10.000 dólares de ayuda conjunta. Algo que no parece para nada justo, si tenemos en cuenta que los salarios medios de los compradores de estos coches están muy por encima de la media.
Es por eso que la agencia encargada de las ayudas de California, está preparando un cambio en la legislación, que de ser aprobada, limitará las ayudas a vehículos con un valor máximo de 60.000 dólares.
Pero nosotros iríamos un poco más allá, y marcaríamos una hoja de ruta para ir reduciendo el máximo paulatinamente, según lo hagan los precios de la tecnología. Por ejemplo, trasladado a nuestro mercado, las ayudas podrían tener un máximo de esos mismos 60.000 dólares, que al cambio son unos 43.000 euros. A partir de esa cifra, no tendría derecho a ayuda.
En 2015 bajaríamos la cifra hasta los 35.000 euros, en 2016 hasta los 30.000, y en 2017, a los 25.000 euros. Así paulatinamente hasta que en 2018 las ayudas desaparecieran. Una forma de forzar la bajada de precios, e ir preparando el mercado para la ausencia de ayudas públicas.
Sería una forma de incentivar una bajada de precios que las ayudas actuales podrían limitar ligeramente. Sobre todo a medio plazo, cuando los costes de los vehículos bajen de forma importante, y sea muy tentador para los fabricantes mantener precios para sacar provecho de la inversión realizada, pero con las ayudas como colchón.
Vía | Siliconbeat
