La electrificación del transporte público, es uno de los grandes objetivos de los principales fabricantes. Los ahorros en cuanto a combustible y mantenimientos, además de las emisiones, son demasiado importantes como para dejarlos a un lado.
Volvo es uno de los que más fuerte están apostando. El problema es que las autonomías de momento, no ofrecen la suficiente confianza como para dar el salto definitivo. Sobre todo en el norte de Europa, donde el frío en invierno es importante. Para solucionarlo, el fabricante sueco prepara un nuevo diseño. Un sistema que permitirá recargar las baterías de los autobuses eléctricos, sin tener que pararse para ello.
La idea no es nueva. Crear carreteras dotadas de emisores eléctricos, que los autobuses puedan utilizar durante su recorrido. De esta forma, se lograría recargar la batería mientras el autobús realiza su ruta. Una forma de mejorar la autonomía, al mismo tiempo que la confianza en este tecnología.
En 2015, Volvo creará en Gotemburgo, un pequeño tramo, entre 300 y 500 metros, dotado de este sistema de recarga. Un experimento para comprobar de primera mano el potencial de este formato. Uno de los principales beneficios de este sistema, será que los propios vehículos podrán moverse con baterías de menor capacidad. Un menor peso, que además de reducir su coste, rebajarán el consumo del conjunto.
Conociendo algunos de sus beneficios, ahora la pregunta será el coste de esta infraestructura. Un sistema de emisión inalámbrica de electricidad, que suponemos tendrá que estar bajo el propio asfalto. Está claro que una cosa es levantar y asfalta 300 o 500 metros, y otra es tender kilómetros de este sistema bajo las carreteras públicas. Un elevado coste que nos hace replantearnos si realmente es interesante este sistema, o por el contrario, es mejor que los autobuses hagan recargas parciales en las propias paradas, como nos mostraba ABB hace unos meses.
Vía | Goteborgdaily
