Es un efecto que ya han vivido en su momento casi todos los nuevos eléctricos del mercado. Su incorporación a la gama del fabricante, ha supuesto un efecto llamada de clientes que hasta ese momento nunca habían comprado un coche de esa marca.
El BMW i3 no es una excepción. Según Ian Robertson, jefe de ventas de BMW, el 80% de los compradores del i3 son nuevos para la marca de Munich. Un efecto imán, que está logrando que el debut del eléctrico sea todo un éxito.
Desde su lanzamiento el pasado mes de noviembre, más de 3.000 unidades del i3 han sido entregadas a sus propietarios. Un arranque que según el ejecutivo de BMW, ha supuesto mejorar las expectativas más optimistas. Unos números que no se han podido mejorar, simplemente por culpa de la capacidad de producción.
En cuanto a los mercados que mejor han adoptado al i3, Robertson destaca a Inglaterra, Noruega y la propia Alemania. Tres puntos claves para el eléctrico, que ahora ha comenzado su distribución en el que se espera sea su principal foco de ventas, Estados Unidos.
Ahora queda por ver como le afecta le llegada de más competencia. Modelos como el Mercedes Clase B ED, y el Volkswagen e-Golf, que rondarán el precio del i3, podrían restarle algunas ventas. Pero como siempre ha dicho BMW, el i3 es un producto diferente, para un público diferente.
Algo que le puede permitir resistir y convertirse además de un éxito publicitario, también un éxito comercial y económico.
Vía | MS
