Esta semana una bomba atómica ha sacudido el mundo del coche eléctrico. El anuncio por parte de Tesla de liberar una importante cantidad de patentes. Un movimiento que según los analistas, podría tener dos objetivos. Un regalo comercial, o una maniobra publicitaria.
Según Tesla, es lo primero. El objetivo es extender la cultura del coche eléctrico. Una mejora de la percepción de la que todos los constructores se beneficiarán. Según Tesla, cuantas más ventas, más posibilidades de vender. Ahora las preguntas son ¿cuales son esas patentes? y ¿qué fabricante será el más interesado en ellas?.
La consultora AutoInsurance, ha analizado las 249 patentes liberadas. De estas 104 están relacionadas con la tecnología de la batería. El 28% con los sistemas de recarga. Pero también hay patentes relacionadas con la tecnología del techo solar. Esto permitirá a algún fabricante dar un paso adelante en este aspecto, y acortar los tiempos de desarrollo de algunos modelos, o la evolución de los que ya están en el mercado.
Una de las posibilidades, es que Tesla busque clientes para cubrir la demanda de su gigafábrica de baterías. Si permites que otros usen tus baterías, estos tendrán que comprártelas el día de mañana.
BMW y Tesla
Todo hace indicar que el primero en llegar a un acuerdo con Tesla será BMW. Los alemanes han apostado muy fuerte por la movilidad eléctrica, y parecen decididos a ir hasta las últimas consecuencias. El reciente respaldo de los accionistas podría aumentar este optimismo.
En esta hipotética alianza, Tesla aportaría su tecnología de baterías. Por su parte BMW aportaría sus avances en el uso de la fibra de carbono. Un elemento clave que permitiría aumentar la autonomía del Model S, sin necesidad de incorporar más baterías. Algo de lo que se beneficiaría de forma muy especial el próximo Model X, necesitado de una cura de adelgazamiento pro culpa de esas pesadas puertas traseras.
Podríamos imagina un Model S/X con sus 422 caballos de potencia, y un ligero cuerpo de fibra de carbono que reduciría de forma sustancial los más de 2.100 kilos que pesa la berlina norteamericana. Un conjunto espectacular, que podría superar los 420 kilómetros de autonomía media real actual, y llegar a la mágica cifra de 500 kilómetros reales.
Por el otro lado, podríamos imaginar un BMW i3 con una batería de más de 20 kWh, una autonomía de cerca de 200 kilómetros reales, y sobre todo, la posibilidad de recargar en los supercargadores de Tesla. Unas instalaciones que no para de extenderse, y que recordamos ya cuentan con una potencia de 135 kW. Un poderoso motivo de compra.
Vía | Diariomotor |Forbes
