Esta semana hemos conocido cual sería el emplazamiento de la gigafábrica de baterías de Tesla. Una mega instalación dedicada a la fabricación de baterías para los coches del fabricante norteamericano, que amenaza con cambiar la industria de la automoción tal como la conocemos.
Ahora sabemos algunos detalles de por qué Tesla ha seleccionado Nevada como emplazamiento. Y como era de esperar, los incentivos públicos han sido cuando menos una parte muy importantes de la decisión.
El estado proporcionará un total de 1.200 millones de dólares, 926 millones de euros al cambio, en incentivos públicos a lo largo de los próximos 20 años. Esta cifra supone más del doble lo de que en un primer momento Elon Musk había anunciado que necesitaría como ayuda para levantar la fábrica. En la práctica esto supondrá una exención de impuesto para la instalación durante 10 años.
Este será el reparto de los incentivos: (en millones de dólares)
- 725 millones para una reducción de los impuestos a las ventas durante 20 años
- 332 millones para pagar 10 años de impuestos sobre la propiedad
- 120 millones en créditos fiscales transferibles
- 75 millones en créditos fiscales transferibles hasta 12.500 dólares por trabajador
- 27 millones para el 100% de descuento durante 10 años en impuestos de negocios modificados
- 8 millones para 8 años de tarifa eléctrica reducida
Llama la atención en las cifras de ayudas los 8 millones de dólares para lograr una reducción de la tarifa eléctrica, cuando una de las frases más repetidas por los representares de Tesla es que será una planta alimentada por energía renovable, una energía que se supone producirá la propia planta. Pero parece que Tesla tiene previsto adquirir energía también a la red.
El objetivo es tener la instalación en funcionamiento para el 2017, coincidiendo con la llegada del Tesla Model III. No será hasta 2020 cuando se logre alcanzar una velocidad de crucero, llegando a los 50GWH/año, suficientes para fabricar 500.000 unidades al año.
Según los expertos, la gigafábrica de Tesla ayudará a rebajar el precio del kWh un 30% ya en sus inicios, y que permitirá a medio plazo alcanzar la mágica cifra de 100 dólares el kWh. Momento clave para el coche eléctrico, pero también para los sistemas de energías renovables.
Por supuesto, la polémica por estas cifras de ayudas no se han hecho esperar. 1.200 millones de dólares en una sola empresa. Pero las ayudas a los combustibles fósiles han sido infinitamente más generosas, y como ejemplo una estadística del Instituto de Derecho Ambiental de los Estados Unidos, sólo entre 2002 y 2008, se gastaron 72.000 millones de dólares en subsidios a las fuentes basadas en combustibles fósiles. Podemos comparar esto con la ayuda a Tesla, pero también con los 29.000 millones invertidos en energías renovables en ese mismo periodo, dos veces y media menos.
Por lo tanto, una inversión 1.200 millones, en una planta que creará más de 6.500 empleos directos, y que incentivará otras economías como las propias renovables, parece una cifra pequeña comparado con lo que se han gastado en incentivos a la explotación petrolera.
Vía | Autobloggreen
