Durante las jornadas Ecozity 2014, Luis Valerio, Director Regional en Renault, ha puesto sobre la mesa una cuestión muy importante para el coche eléctrico en nuestro país.
Durante este año se gastarán 9 de los 10 millones asignado a ayudas al coche eléctrico en España. Un 90% que nos hace pensar que cada vez hay más aceptación por este tipo de vehículos, y que el próximo año debería crecer para atender la demanda. Pero esto no sucederá.
En 2015 la oferta de coches eléctricos se verá incrementada. Nuevos modelos que supondrán una mayor exposición a nivel publicitario. A pesar de esto, el presupuesto del nuevo Plan MOVELE se recortará en 2015 hasta los 7 millones de euros. No sólo eso, además este dinero tendrá que repartirse entre diferentes tecnologías, como el gas natural, el GLP o el hidrógeno.
El resultado será de nuevo un escenario donde el cliente se acercará al concesionario con la incertidumbre de saber si habrá o no ayuda a la compra de su coche eléctrico. Una estrategia que choca con el presupuesto ilimitado con el que se está dotando el Plan PIVE, que en los cinco meses que ha tenido vigencia el actual programa, ha recibido nada menos que 175 millones de euros.
Por desgracia el coche eléctrico depende incluso más que los coches con motor de combustión de las ayudas públicas. Además necesita un escenario más estable que permita a empresas y particulares apostar por un tipo de vehículo sustancialmente más caro en su adquisición, pero que ofrece elevados niveles de ahorro económico a medio y largo plazo.
Lo ideal sería apostar por un programa que vaya más allá de unos pocos meses. Estados como Noruega o Francia nos han mostrado que con un sistema favorable, las ventas de coches eléctricos pueden explosionar. Incluso en unas condiciones tan desfavorables como las que tenemos en España, con una situación económica realmente preocupante, y un sistema de puntos de recarga en fase embrionaria, el coche eléctrico puede abrirse paso…si le dejan.
