Después de cada presentación de resultados, los responsables de Tesla se sientan con un grupo de inversores y periodistas para hablar del presente y el futuro de la marca.
Se trata de encuentros donde tanto Elon Musk, como el otro co-fundador de Tesla, JB Straubel, así como el jefe de la oficina económica, Deepak Ahuja, discuten en un ambiente distendido algunos aspectos que no de dicen en la más seria presentación de resultados a los accionistas.
A pesar de que la demanda supera a la producción, y que como el propio Musk admite no necesitarán ninguna acción publicitaria, ni la colaboración de ningún famoso, ni poner en marcha ninguna campaña de descuentos. A pesar de esto, Tesla prepara un arma secreta para el Model S, que se conocerá a finales de este mismo año y que estará destinada a incrementar todavía más la demanda.
Para añadir más misterio, Musk termina la frase con un todavía más misterioso «Un arma secreta que será muy importante en la lucha contra el lobby de los concesionarios» Un sector que lucha a muerte por evitar que Tesla siga creciendo de forma independiente sin recurrir a concesiones.
En un primer momento podríamos pensar en una nueva funcionalidad, como la conducción autónoma plena. Pero con esta última parte, el arma secreta debería centrarse en el plano comercial. O tal vez no…
