El pasado mes de septiembre hemos visto como los desarrolladores del punto de recarga KEBA KeContact P20, distribuido en España por Chargingbox, sometían a su punto a una prueba de funcionamiento extrema. Meterlo en una cubo de hielo, congelarlo, y a pesar de todo, seguía funcionando sin problemas.
Ahora han repetido el experimento, pero en lugar de hacerlo con frío, lo han hecho con el calor que emana de una fundición de acero. Han puesto a recargar un coche a 32 amperios, y han llevado el punto KEBA hasta una temperatura de casi 140 grados centígrados.
Cuando el punto ha llegado a su temperatura máxima, de forma automática ha parado la recarga. Pero lo más interesante es que cuando el nivel de calor ha vuelto a bajar, el punto ha retomado la recarga de forma totalmente automática.
Otra demostración de lo robusto de este punto de recarga, que parece perfecto tanto para aplicaciones en viviendas, como para aplicaciones en zonas exteriores, incluso donde la climatología es extrema.
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