Desde hace tiempo los rumores de que Tesla estaba preparando el sustituto del Roadster han sonado con fuerza en la red. Pero todo hace indicar que al menos de momento, se trata de un proyecto que no está contando con el interés de Tesla.
La idea de competir contra los McLaren, Ferari y Porsche parece muy romántica, pero la realidad es que desarrollar un de estos modelos parece fuera del alcance de un todavía pequeño fabricante, que lucha por sacar adelante sus modelos más comerciales.
Este año Tesla pondrá en marcha la línea de montaje del Model X. Algo que ha necesitado casi dos años más de lo esperado, y que demuestra lo complejo que puede ser pasar del papel a la realidad un coche. Después del Model X los de Elon Musk tendrán que centrar todo su esfuerzo en el Model III. Y decimos toda su atención ya que se trata de un coche que debería llevar los números rojos de Tesla, a mejores cuotas. Fundamental para lograr la supervivencia a largo plazo.
Un Model III que si no hay retrasos (no se espera se repita el problema del X) llegará a lo largo del 2017 al mercado. Como siempre, se aguarda que la producción vivan un incremento paulatino, desde las pocas unidades de las primeras semanas, a las miles que tendrá que alcanzar en menos de un año. Un salto adelante brutal para un fabricante que pasará de las 50.000 unidades en 2015, a las 500.000 que Elon Musk quiere lograr para 2020.
A esto sumamos el esfuerzo por aumentar la red de supercargadores, la Gigafábrica de baterías, la expansión de las tiendas y servicios técnicos…algo que nos indica que al menos hasta principios de la próxima década, Tesla no tendrá tiempo ni recursos para otra cosa, ni siquiera el esperado y deseado Tesla Model R.
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