La dependencia del coche eléctrico de las ayudas publicas es algo conocido y de lo que nadie duda. El mejor ejemplo lo tenemos en nuestro país, donde los planeas apenas duran seis meses al año, dando paso a un periodo de oscuridad con cifras muy por debajo de lo logrado con el programa activo.
Pero esta dependencia puede llegar a un nivel extremo, que hace que las ventas se derrumben incluso si esta ayuda es complementaria a una ya existente. Es el caso del estado norteamericano de Georgia, donde en pasado mes de julio se ha retirado una ayuda extra de 5.000 dólares, que los compradores podían añadir a los 7.500 dólares del gobierno.
Como podemos ver en el cuadro, con la ayuda adicional (activa hasta el mes de agosto) modelos como el Nissan LEAF han llegado a acumular hasta 1.029 matriculaciones. Una cifra que ha caído hasta las apenas 66 unidades entregadas apenas un mes después de la retirada de esta ayuda. Curiosamente el Tesla Model S también se ha visto afectado por esta medida, pasando de un máximo de 123 unidades en junio, a una caída hasta las 29 unidades de agosto.
Esto tiene como consecuencia que en el mes de agosto las ventas han caído nada menos que un 88.9% respecto al mismo periodo del pasado año. Un salto atrás brutal.
Por supuesto el debate de los que están a favor y en contra de este tipo de ayudas no se ha hecho esperar.
En un lado están los contrarios, que indican lo negativo de la dependencia total de las ventas de un producto a una ayuda pública, principalmente de cara a motivar a una marca a innovar y rebajar el precio del vehículo de forma natural.
Por otro lado los defensores se posicionan en el objetivo mismo de las ayudas públicas. Se comparan estas con las políticas de impuestos, que tienen a castigar a productos nocivos, como el tabaco y el alcohol, mientras que reducen para elementos como alimentos básicos créditos hipotecarios.
En enero del próximo año se espera que el programa de ayudas de Georgia regrese, pero con revisiones. Para emprezar se dará lugar a los modelos híbridos, y también se reducirá la cuantía máxima a 3.000 dólares.
La conclusión es que antes o después las ayudas a la compra de coches eléctricos desaparecerán, pero no parece buena idea retirarlas de forma drástica, siendo mejor una evolución menos traumática con una progresiva bajada de ayudas hasta que estas dejen de ser fundamentales para los compradores.
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Vía | Watchdog
