Corea del Sur es uno de los estados más interesados en el éxito del coche eléctrico. Es sede de los principales fabricantes de baterías, y cuanto antes se conviertan en una opción mayoritaria para los compradores, mejor para la economía.
Para predicar con el ejemplo el gobierno surcoreano ha redactado un plan de incentivos públicos destinados a lograr que como mínimo el 5% de las ventas en este mercado sean coches eléctricos para 2030. Un objetivo bastante modesto, pero un objetivo al menos.[blocktext align=»right»]
El Renault Fluence ZE es el coche eléctrico más vendido en…Corea [/blocktext]
Para lograrlo además de ayudas directas a la compra, las autoridades han comprendido que será fundamental el despliegue de una red de recarga rápida repartida por todo el país. La idea es cuadriplicar la actual red, y lograr poner en funcionamiento un total de 1.400 estaciones para 2020.
Como la iniciativa privada va más lenta de lo esperado por el bajo volumen de negocio que supone ahora mismo el coche eléctrico, el ejecutivo coreano pondrá sobre la mesa una ayuda a los instaladores de puntos de recarga que cubrirán hasta 6 millones de won de la inversión, unos 5.000 euros al cambio por estación.
No parece demasiado dinero para un tipo de estaciones que pueden estar por encima de los 30.000 euros cada una sólo el punto de recarga, sin tener en cuenta instalación y demás gastos. Pero al menos si es un incentivo a las empresas que están plantándose dar el salto a la instalación de puntos de recarga rápida.
Un nuevo ejemplo de que la estrategia para incentivar la venta de coches eléctricos debe ser integral. Tanto con ayudas directas, como con incentivos a los instaladores de puntos de recarga rápida, sin duda un elemento fundamental para el despliegue correcto de la tecnología.
Vía | Nikkei
