Os traigo una pequeña historia que seguro que está a la orden del día en nuestro país y os ha pasado a muchos de vosotros un montón de veces. Pero no puedo dejar pasar la oportunidad de darle un poco de difusión pública desde aquí.
Antes de la toma de contacto con el Renault ZOE R240, estuve investigando un poco para saber donde se encontraban los puntos de recarga cerca de mi casa. Al contrario que en otros lugares, por mi zona no hay apenas puntos de recarga públicos gratuitos. La mayoría son de concesionarios o están gestionados por Ibil. Pero pude encontrar uno gratuito, situado en el parking de un hipermercado.
Se trata de un punto de carga semirrápida, de 22 kW de potencia. Un punto ideal si vas a un hipermercado a hacer compras, ya que fácilmente estarás 30 minutos en el lugar. Para hacer uso de él, se debe ir a información y solicitar que te lo activen, algo que en mi opinión entorpece de manera importante su uso, pero eso es otro tema.
El caso es que me dirigía a este hipermercado con la intención probar el punto y hacer unas compras (no os voy a engañar, la excusa era probar el punto más que las compras). Pero desgraciadamente, cuando llegué allí me lleve una gran desilusión. Las dos plazas habilitadas para el punto de recarga estaban ocupadas para coches térmicos. En el aparcamiento había un cartel que decía claramente PROHIBIDO ESTACIONAR EXCEPTO COCHES ELÉCTRICOS.
Aparqué el ZOE en una plaza de parking convencional y después de hablar con un trabajador que andaba por allí, me dirigí a información. Allí les comenté lo sucedido, y me dijeron que si quería podían avisar por el micrófono o incluso llamar a los municipales. Sinceramente, no quería meterme en líos. Les dije que me iba a ir en un rato, que podía volver a casa sin utilizar el punto de recarga, pero que supieran que estaban ocupados por coches de combustión y que eso no debería de ser así.
Me fui de información pensando que por lo menos avisarían por el micrófono para que los dueños retiraran sus coches, aunque yo no fuese a usarlo. Sinceramente no se si dieron el aviso o no, pero yo no lo escuché. El caso es que cuando pasado un rato volví a por el ZOE para dirigirme a mi casa, los mismos coches seguían aparcados en el punto de recarga.
Mientras escribo esto, me arrepiento de no haber avisado a los municipales.
