La Organización Sanitaria Integrada Barakaldo-Sestao, más conocida como OSI Barakaldo-Sestao, perteneciente a Osakidetza (Servicio Vasco de Salud) ha incorporado una nueva flota de vehículos eléctricos. De esta forma, cumple con uno de los puntos en los que incidimos continuamente: que las administraciones públicas deben ser la primeras en dar ejemplo.
En total, la OSI Barakaldo-Sestao ha incorporado 3 coches eléctricos. Por un lado, dos Renault ZOE dedicados a la atención domiciliaria para el PAC (Punto de Asistencia Continuada) de Sestao, y por el otro, una furgoneta Renault Kangoo que se utilizará para realizar tareas de mantenimiento.
Estos vehículos sustituirán a otros de motorización diésel, y está previsto que realicen una media de 17.000 kilómetros anuales cada uno en el caso de los Reanult ZOE, y 3.000 en el caso de la Renault Kangoo para mantenimiento. Esto supondrá una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero de unas cuatro toneladas. Gracias a estos vehículos, Osakidetza podrá ir a atender a los enfermos sin dejar un rastro de contaminación (y futuros enfermos) a su paso. Algo que a priori debería ser lo más normal del mundo.[blocktext align=»right»]Entrevista con: Enrique Monasterio. Director General de IBIL[/blocktext]
Para cerrar aún más si cabe el círculo de sostenibilidad, IBIL será la encargada de proporcionar energía 100% renovable a los vehículos, gracias a los tres terminales inteligentes del modelo IBILbox100 que ha instalado. Los coches cargarán en tarifa nocturna, beneficiándose así de precios más económicos y favoreciendo el suministro en los momentos más beneficiosos para el sistema eléctrico. Además estos terminales están conectados con el centro de control de IBIL para monitorizar su uso y resolver con celeridad las posibles incidencias que se puedan producir, disponiendo también de tecnología RFID, para la identificación de usuarios, que impiden la manipulación por personal no autorizado.
Esta apuesta por la movilidad eléctrica forma parte de una iniciativa encaminada hacia la eficiencia energética y la reducción de la contaminación. No hay mejor ejemplo que sean los sanitarios los primeros preocupados de la salud de los demás. Y no solo de la del paciente, sino de la de los daños colaterales que puedan haber por el camino.
Fuente | IBIL
