El pasado año ya os comentábamos que el Tesla Model S estaba a punto de superar en ventas a sus rivales más directos en Europa en el segmento de las berlinas de lujo. Algo que finalmente ha sucedido y que supone un duro golpe moral para los fabricantes alemanes.
Según la consultora Automotive Industry Data (AID), el pasado año en Europa occidental, que comprende mercados como el de Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y España, y los países nórdicos, el Model S se ha colocado en la primera posición en su segmento logrando entregar un total de 15.787 unidades. Esto le ha permitido superar al hasta ahora líder de este segmento, el Mercedes Clase S, que se ha quedado en 14.990 unidades.
Según el autor del informe «Tesla está abriendo un camino que el resto de fabricantes de berlinas tendrán que seguir«.
Una de las razones del ascenso de Tesla está en el escándalo de emisiones de Volkswagen, que ha acompañado el resto de fabricantes con sus datos fuera de la realidad. Un segmento el de las berlinas de lujo donde el 75% de las ventas corresponden a modelos diésel.
Otra de las razones de los buenos números de Tesla se llama Noruega. El país nórdico ha sido el principal polo de ventas de Tesla el pasado año en Europa. Este pequeño estado ha sido el destino de 4.000 unidades del Model S.
Para tratar de contrarrestar a Tesla, y de paso acercarse a las exigencias de las nuevas normativas de emisiones, los fabricantes alemanes han invertido fuertes sumas de dinero en la opción de los híbridos enchufables. Una alternativa que no parece estar funcionando al nivel esperado principalmente por tratarse de una opción que incrementa el peso de los vehículos, y sobre todo los encarece.
Lo más curioso es que en lugar de tratar de ofrecer alternativas que realmente logren convertirse en una opción frente a Tesla, los grandes fabricantes además de híbridos enchufables se han lanzado a los brazos de la tecnología del hidrógeno como penúltima bala. Una alternativa que de triunfar les permitiría adelantar a Tesla, pero cuyo desarrollo a nivel tecnológico y sobre todo de infraestructura de repostaje está muy lejos de unos mínimos.
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Vía | Forbes
