En medio de una evolución tecnológica que no se detiene, y una batalla legal contra el proveedor británico Ecotricity, Tesla se mueve para lograr aumentar la potencia de sus supercargadores, al mismo tiempo que lidia con la denuncia sobre su eslogan «El punto de recarga más rápido del mundo».
Las estaciones de recarga de Tesla ha sido uno de los elementos cruciales del desarrollo de la empresa. Una amplia red que no tiene comparación con otros fabricantes, y que ha visto incrementada su potencia según lo han hecho las capacidades de las baterías para mejorar su rendimiento ante este tipo de recarga.
Como recordamos, en un primer momento los supercargadores de Tesla debutaron en 2012 con una potencia de 120 kW, de los cuales los primeros coches sólo podían aprovechar 90 kW. Posteriormente una actualización permitió a Tesla aumentar la potencia hasta los 135 kW, con unos modelos que serían capaces de aprovechar 120 kW.
Una cifra suficiente para lograr recargar un Model S hasta el 80% en 20 minutos, o recuperar unos 274 kilómetros en 40 minutos conectado.
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Pero aquí no ha terminado la cosa ni mucho menos. Tesla ha vuelto a aumentar la potencia de los supercargadores, que ya pueden alcanzar los 145 kW. Una estrategia que busca seguir evolucionando la carga hasta lograr unos tiempos de recarga lo más cortos posibles.
Algo que ha confirmado en su momento el propio JB Straubel, CTO de Tesla, que espera que a pesar de la dificiltad, en pocos años se podrá recargar la batería de un Tesla en menos de 10 minutos.
Con este movimiento además Tesla logra más argumentos en su batalla legal con Ecotricity, que alega que en el mercado ya hay sistemas de recarga que superan la potencia de Tesla, con tasas de 180 kW, lo que indican quiere decir que el sistema de Tesla no es «El punto de recarga más rápido del mundo». El problema es que estos modelos no han podido demostrar sus capacidades en un coche de producción, a diferencia de Tesla, que si ofrece sistemas de recarga super rápida para sus modelos.
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Vía | Electrek
