La segunda temporada de la Fórmula E ha terminado con la victoria in extremis de Sebastien Buemi, del equipo Renault e.dams. El balance es bueno con creciente afluencia de público y un gran interés por parte de ciudades de todo el mundo para albergar aún más circuitos. Una de las empresas que sale reforzada de la competición es Williams Advanced Engineering, responsable del sistema de baterías de los monoplaza. Las baterías han funcionado correctamente con un ratio de fallo muy bajo y mejorando día a día. Aquí podemos encontrar una transcripción de una entrevista realizada a Paul McNamara, Director Técnico de Williams:
“Para nosotros, la Formula E es una gran plataforma de pruebas para trabajar con baterías de altas prestaciones en condiciones durísimas. Hemos podido probar y validar al completo nuestro sistema de refrigeración, la retención de carga y el diseño modular para aplicar posteriormente esta tecnología a otros proyectos fuera del deporte del motor.”
“Uno de los puntos críticos que queríamos abordar era la vibración y los requerimientos dinámicos de los circuitos urbanos usados en la Fórmula E. Con nuevas pistas añadiéndose cada año y otras que se construyen específicamente para la competición en vías públicas, tuvimos que hacer una serie de supuestos en nuestro diseño original al no disponer de suficiente información.”
“Otra dificultad fue el control térmico dado que las baterías se calientan rápidamente en las duras condiciones de la carrera. Después de dos temporadas y el conocimiento adquirido sobre los circuitos y la competición, hemos podido incorporar mejoras sustanciales en ambas áreas. Otro avance importante para nosotros fue el aumento de potencia entre las dos temporadas, durante la segunda temporada, las baterías de los monoplazas ya operaban un 25% por encima de la potencia para la que fueron originalmente diseñadas.”
Las especificaciones para la primera temporada eran ciertamente conservadoras: batería con un máximo de 28 kWh, máximo 200 kg y potencia máxima de 133 kW. Antes de que empezara la primera temporada, la organización aumentó esa potencia a 150 kW y para la segunda temporada, se aumentó la potencia a 170 kW en carrera y 200 kW para las calificaciones. Es más de un 25% superior a la potencia con la que inicialmente se diseño el módulo de baterías pero también es cierto que se trabajó a un 13% más de potencia durante la primera temporada.
Estos ratios tan elevados de potencia/capacidad han llevado al límite al grupo de ingenieros de la compañía presentándose dos retos básicos: refrigeración y estabilidad. Según McNamara “Todas las celdas en una batería trabajan en serie, así que cada celda tiene que ser individualmente monitorizada para que rinda. Los circuitos urbanos son ciertamente exigentes para esta tecnología pero ya hemos podido rediseñar algunos detalles para mejorar al mismo tiempo rendimiento y robustez.”
“Podemos medir y monitorizar cada celda individualmente para conocer el rendimiento de nuestro sistema de refrigeración. De hecho, las celdas se encuentran en tan buen estado que nos estamos planteando reutilizar las usadas durante la primera temporada en aplicaciones como baterías estacionarias”
La experiencia de Williams en el mundo del almacenamiento de energía empezó en la Fórmula 1 con el conocido sistema KERS, Kinetic Energy Recovery System o Sistema de Recuperación de Energía Cinética (SREC, ahora es cuando llama el Departamento Legal de la Dreamworks). Esa tecnología se transfirió al prototipo híbrido de Jaguar, el C-X75. “Aplicando los conocimientos adquiridos en la Fórmula E, hemos creado un prototipo 100% eléctrico para Aston Martin, el RapidE, y la batería para una versión de un Range Rover eléctrico, sin contar con númerosos proyectos con grandes fabricantes”
Los cambios en la competición no harán más que llevar la tecnología hacia nuevos horizontes. “La quinta temporada será un gran ejemplo de la Fórmula E actuando como una incubadora de nuevas tecnologías, cuando se empiece a competir con un solo vehículo por carrera. Aquél que gane la licitación, tendrá que aumentar la densidad energética, algo en lo que ya estamos investigando”.
Lo más emocionante de la Fórmula E es que está en sus primeros pasos. Ya es una competición digna de ser vista y admirada pero se va a convertir en pocos años en un espectáculo sin precedentes. Si la organización se mantiene abierta a nuevas tecnologías, hay mucho por hacer y mucho por disfrutar. Aparte de las carreras de vehículos autónomos o Roborace, está la posibilidad de carga inalámbrica dinámica, aumentos de potencia, aumentos de capacidad,… La gente está sedienta de nuevas tecnologías y la Fórmula E tiene la opción de ser la alternativa innovadora a la Fórmula 1.
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Fuente: EE Times
