Poco a poco Tesla prepara su desembarco en España. Una llegada largamente rumoreada que como hemos dicho muchas veces, está más cerca que nunca .Esto se debe a que la división española ya tiene director. Este será el italiano Marco D’Alimonte.
Según su perfil en Linkedin, D’Alimonte es un ingeniero de telecomunicaciones que lleva dos años trabajando en Tesla. Una persona que ha minimizado sus apariciones públicas precisamente por la enorme expectación que genera Tesla.
En sus manos estará la expansión de Tesla en España. Un mercado donde parece tendrá mayor peso en esta estrategia la división de energía, baterías y paneles solares, que la división de coches. Algo que tiene sentido si tenemos en cuenta el enorme potencial solar que tiene nuestro país, con unas 3.000 horas de sol cada año.
En estos momentos Tesla está cerrando su red comercial, con un primer distribuidor que será Bornay, que le permitirá en 2017 comercializar sus productos en un mercado muy complejo donde la legislación va a contracorriente, y que tiende a perjudicar las inversiones relacionadas con la diversificación de la producción eléctrica. [blocktext align=»center»]
Tesla presenta su tejado solar, y su nueva Powerwall con hasta 14 kWh de capacidad [/blocktext]
Pero al mismo tiempo es una gran oportunidad en un mercado necesitado de alternativas a unos costes que no paran de incrementarse, y donde las soluciones solares y de almacenamiento pueden jugar un papel muy importante.
Una estrategia donde cobra todo el sentido la unión de SolarCity y Tesla, ya que permitirá adecuar la propuesta a la realidad de cada mercado, y todo desde un mismo punto de venta. Si hay más demanda de coches, se apuesta más por el coche, y si como tienen previsto en nuestro país, hay más demanda de soluciones energéticas, pues se potencia ese departamento, pero al mismo tiempo se mantiene el coche en la cartera.
Y ya entrando en la política ficción, esta llegada de Tesla podría también suponer importantes movimientos, que incluso podrían afectar a la gestión del actual gobierno del país. En caso de que el fabricante norteamericano insinúe que nuestro país es potencialmente un lugar interesante para instalar su fábrica de baterías europea, sin duda medios de comunicación y redes sociales presionarán a la administración para que facilite la instalación de una fábrica generadora de puestos de trabajo.
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