La entrada en el mercado de ocasión de packs de baterías procedentes de coches accidentados, está permitiendo incrementar las posibilidades de un mercado algo olvidado. El de las conversiones. Y es que hoy en día con la baja de los precios de los coches, y el incremento de las autonomías, cada vez menos piensan en la conversión como una alternativa.
Pero hay ejemplos que muestran que sigue siendo una opción de lo más interesante. Sobre todo en el caso de recuperar modelos clásicos, a los que resucitar con un sistema eléctrico. Es el caso de un Porsche 911 de 1973, al que la empresa norteamericana Zelectric Motors ha dado una nueva vida.
Han retirado su viejo motor V6 de 6 cilindros gasolina, y lo han sustituido por un motor eléctrico situado en el eje trasero. Este cuenta con una potencia de 152 CV y un par motor de 298 Nm. Una configuración que le convierten en un coche más silencioso, sin emisiones, pero también bastante rápido.
La batería por su parte está formada por celdas procedentes de un Tesla Model S accidentado. Un pack que cuenta con una capacidad de 54 kWh. Este se forma por unas celdas que han sido repartidas por la zona frontal y la trasera del 911. Según el desarrollador, este pack le proporcionan una autonomía de unos 400 kilómetros con cada carga.
Por desgracia no se comenta nada del coste de una de las conversiones más interesantes que hemos visto en los últimos años. Un exclusivo 911 que ha revivido como un ejemplo del potencial de las conversiones para transformar incluso a los modelos más icónicos de la historia de la automoción.
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Vía | Engineswapdepot
