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Nissan negocia la venta de su división de baterías a un grupo chino

Hace ya tiempo que hemos comentado que la aventura entre Nissan y NEC no parecía haber tenido el éxito esperado. Esta joint venture denominada AESC, ha sido la encargada de la fabricación de las baterías para la alianza Renault-Nissan, y usada en modelos como el Nissan LEAF, la e-NV200 además de la Renault Kangoo ZE y el Fluence ZE.

Ahora se ha confirmado que las negociaciones entre Nissan y el grupo chino GSR Capital están muy avanzadas, y se estima que la operación se cerrará en torno a los 1.000 millones de dólares a cambio de una parte de la compañía, y también las plantas de fabricación de baterías que Nissan tiene en Reino Unido y Estados Unidos.

Por su parte GSR Capital tiene previsto aprovechar esta inversión para alimentar la creciente demanda de baterías para coches eléctricos en China. De esa forma se plantean incluso llevar parte de la producción a suelo chino, y trabajar para diferentes fabricantes.

Por su parte Nissan mantendrá sus departamentos de I+D, donde están desarrollando la próxima generación de baterías. Unos elementos que todavía no sabemos si se fabricarán en las mismas plantas que en la actualidad, o si finalmente este acuerdo supone la salida del fabricante japonés de esta aventura.

Según los expertos, de momento el acuerdo no está cerrado, e incluso se baraja la posibilidad de que aparezca otro comprador. La cuestión es que las operaciones de compra entre China y Japón son extremadamente raras, y como ejemplo los apenas 11.4 millones de dólares invertidos por las empresas chinas en japoneses este año, o los 700 millones a la inversa. Cifras anecdóticas entre dos gigantes económicos.

No es la primea vez que se rumorea la venta de la división de baterías de Nissan. El pasado verano se comentaba que Panasonic estaba interesada en la misma. Una operación que no pasó de los rumores, pero que ahora podría revitalizarse al calor de la nueva situación.

La realidad es que por un lado esta aventura no ha sido todo lo fructífera que se esperaba, principalmente por la lenta expansión del coche eléctrico en los primeros años. Algo que ha provocado que las tres plantas de Nissan hayan estado muy por debajo de su capacidad máxima de fabricación. Al mismo tiempo esta decisión llegaría a las puertas del arranque de una nueva generación donde se espera que las baterías sean más grandes, así como las ventas. Algo que justificaría el mantenerse dentro del negocio.

La otra opción es vender, y seguir los pasos de Renault, adquiriendo las baterías a un suministrador, como un componente más. Una posibilidad que ha rondado a Nissan desde hace años, y que le permitiría ganar algo de economía de escala y puede que hasta reducir costes.

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Vía | Autonews

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