En los últimos meses estamos viendo movimientos de importante calado desde el grupo Volkswagen en su aproximación al sector del coche eléctrico. Una dinámica positiva, al menos sobre el papel, que supondrá multiplicar la inversión, y también la oferta. Todo con el objetivo de convertirse en líderes del mercado antes de 2025.
Por supuesto para lograrlo, hacen falta propuestas competitivas. Para ello desde VW se está preparando una oferta de al menos 4 modelos diferentes, que se basarán en una plataforma conjunta, lo que permitirá ahorrar costes y lograr afrontar la siguiente fase, la económica.
Según las declaraciones de Christian Senger, director de la división de coches eléctricos en Volkswagen, la idea es lanzar al menos cuatro eléctricos, y que estos tengan un precio similar a sus equivalentes con motor de combustión. Sin duda un punto de inflexión para la tecnología.
Para ello están realizando importantes esfuerzos en la reducción de costes de la producción de sus próximos vehículos. Pero de momento uno de los aspectos más importantes, la batería, todavía no ha recibido su necesaria atención.
Y es que desde la propia Volkswagen se ha afirmado en su momento que será necesario realizar una producción propia de la batería. Un elemento que supondrá hasta el 40% del coste del vehículo, y que puede marcar la diferencia entre un coste competitivo, o uno que no lo es.
La cuestión es que para que Volkswagen logre poner en la calle 4 coches eléctricos competitivos también a nivel económico, será necesario lograr un precio del kWh cada vez más económico. Un coste sobre el que de momento, no tienen control, ya que las baterías que montan los coches eléctricos del grupo son fabricadas por empresas foráneas, como Samsung o LG.
Esto quiere decir que o bien Volkswagen logra un precio de derribo por parte de sus suministradores, y aplica un margen comercial muy bajo, o lo de lanzar coches eléctricos competitivos a nivel económico estará más que complicado.
A esto se suman otros aspectos como la pérdida de capacidad industrial, ya que a la menor cantidad de piezas de un sistema eléctrico frente a uno de combustión, y su menor mantenimiento, se sumará el no contar con la producción de la batería. Algo que sin duda será de gran preocupación para los trabajadores del fabricante de Wolfsburgo.
La solución podría venir de la rumoreada fábrica de baterías propia. Una infraestructura que desde varios medios se ha valorado en unos 10.000 millones de euros para atender la demanda del grupo. Un movimiento que permitiría a VW lograr acceder a unos costes teóricamente más bajos, y conseguir también precios más competitivos, al mismo tiempo que mantiene una buena parte de la producción en sus manos.
Y vosotros que pensáis. ¿Logrará Volkswagen poner en la calle 4 coches eléctricos competitivos para 2025?.
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— ForoCochesEléctricos (@foroelectricos) 15 de mayo de 2017
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