Muchas veces hemos hablado del caso francés, como un caso de éxito a nivel público de incentivos a la compra de coches eléctricos. A pesar de los cambios de gobierno, esto no ha supuesto una congelación o paralización de los diferentes programas. Algo que ha convertido a los galos en uno de los mejores mercados en Europa.
Pero la gran pregunta es cuánto se gastan cada año. La respuesta nos llega de la mano de un informe del Tribunal de Cuentas francés, que ha redactado un documento donde se desgranan las cantidades presupuestadas.
En 2016 el presupuesto para las ayudas a la compra de coches eléctricos en Francia ha llegado a los 207.9 millones de euros. Una cantidad que permitiría matricular un total de 33.000 unidades.
De esta cifra se han llegado a gastar 168.8 millones de euros, que han permitido la venta de 27.131 coches eléctricos, híbridos enchufables e híbridos convencionales. Por segmentos los eléctricos se han llevado el 79.5% de los fondos (125 millones de euros) mientras que los híbridos enchufables apenas el 4.6% (9.9 millones) y el 15.9% corresponde a los modelos híbridos convencionales (33.7 millones).
Pero este programa no sólo contempla la adquisición de coches nuevos, con una ayuda de hasta 10.000 euros para los que achatarren un coche diésel matriculado antes de 2007, y además destina nada menos que 57.7 millones de euros a la conversión de vehículos con sistemas eléctricos. De estos se han usado 34.9 millones, lo que ha permitido transformar unos 10.000 vehículos.
Presupuestos para 2017
La cuestión es que las ayudas no sólo se están recortando, sino que este año incluso se ha incrementado el presupuesto de forma importante. Una dotación que crecerá hasta los 347 millones de euros, y que este año ya no tendrá en cuenta a los híbridos convencionales, que no podrán acceder a ninguna ayuda en Francia.
Esto supondrá más dinero para los eléctricos e híbridos enchufables, que desde el Gobierno se espera alcancen unas cifras de ventas en torno a las 52.000 coches eléctricos, y 6.000 híbridos enchufables. Unas estimaciones bastante optimistas ya que en los cuatro primeros meses del año se han matriculado unas 25.000 unidades entre ambas tecnologías.
La sostenibilidad del sistema
Desde el Tribunal de cuentas de Francia se ha planteado la necesidad de estudiar la viabilidad del sistema. Sobre todo a la vista del crecimiento de las ventas de coches eléctricos, que supondrá cada vez mayor gasto para el estado.
La cuestión es que el sistema puesto en marcha en Francia supone que los coches que más contaminan deberán pagar unos impuestos extra. Unos fondos que son precisamente utilizados para incentivar la venta de vehículos eléctricos. Algo que junto con el menor uso de los presupuestos respecto a los fondos aportados, indica que todavía hay margen de maniobra para los próximos años.
Mientras tanto el mercado seguirá evolucionando con la llegada de nuevos modelos con cada vez mayor autonomía, más producción, y mejores precios. Algo que según fabricantes como Renault, permitirá poner en el mercado alternativas eléctricas con unos precios competitivos a partir de 2020. Un periodo que de momento parece estar cubierto en los próximos programas de ayudas en Francia.
Un programa que podemos comparar con el nuestro, pendiente de activación este año, donde se destinan apenas 16.6 millones de euros a las diferentes tecnologías (eléctricos, híbridos, gas, hidrógeno). De estos apenas se destinan 12 millones a vehículos eléctricos. Una cantidad que permite la matriculación de unas 2.000 unidades. Unas cifras de risa que ahora podemos comparar con nuestros vecinos del norte.
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Vía | Automobile-propre
