En 2014 Mercedes lanzaba su primer coche eléctrico. La versión eléctrica del Clase B. Un modelo que nacía fruto del importante acuerdo firmado por el fabricante alemán con Tesla. Algo que no sólo permitió la llegada de esta versión, sino también la salvación de Tesla gracias a la inversión de Daimler. Algo dicho por el propio Elon Musk.
Se trataba de una conversión caracterizada por mantener intactas las características físicas del coche, con su excelente acabado interior y su amplia zona de carga, pero donde se sustituía el motor diésel o gasolina por un motor eléctrico que a pesar del elevado peso del conjunto, con sus 177 CV le daban bastante alegría a la aceleración.
Un Clase B ED que además montaba una batería de 36 kWh, de los cuales netos podría aprovechar 28 o 33 kWh. ¿Por qué dos medidas netas?. La razón es que Mercedes limitaba la carga de la batería para el día a día en 28 kWh. Pero en caso de que el conductor necesitase más capacidad, por ejemplo para afrontar un viaje, entonces cuando iniciaba la carga tenía que indicarlo, y el cargador llevaba la cifra hasta los 33 kWh, suficientes para una autonomía de 167 kilómetros bajo el ciclo EPA. Nada mal para una época donde la alternativa era el Nissan LEAF, con sus por entonces 115 kms EPA.
El principal problema de este modelo ha sido su precio, que se situaba en los 43.000 euros antes de ayudas. Una cifra que ha mantenido con el paso de los años.
Pero ahora tres años después de su lanzamiento, el Clase B ED encara sus últimos meses de producción. A finales de este año la planta de Rastatt dejará de producir un modelo que nunca ha tenido grandes cifras de ventas. Un final de etapa que aunque parezca contradictorio, es muy positiva. La razón es que Mercedes dejará de fabricar este Clase B, para comenzar a adecuar las instalaciones de cara a albergar la producción de la nueva generación de coches eléctricos.
Mercedes quiere centrarse en el desarrollo y la producción de coches eléctricos de la próxima generación. Modelos que darán un salto adelante muy importante respecto a las actuales propuestas, y que comenzarán a llegar a los concesionarios en 2019.
Y es que si Daimler quiere lograr cumplir su objetivo de contar con entre el 15 y el 25% de sus ventas protagonizadas por modelos eléctricos para 2025, tendrá que ponerse las pilas lo antes posible para tener listas las líneas de montaje. Unas líneas que como recordamos darán a luz al EQ, que será el encargado de romper el hielo, y dar el pistoletazo de salida a la nueva generación en 2019.
Pero no será ni mucho menos el último. Este mes de septiembre Mercedes presentará en Frankfurt un compacto eléctrico, que será el segundo en incorporarse a la oferta. Un modelo que los rumores indican estará en torno a los 4.2 metros de largo, y tendrá un precio por debajo de los 45.000 euros.
Una nueva era para la que hay que dejar sitio en las fábricas, y uno de los primeros en apartarse será precisamente el Mercedes Clase B ED.
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Vía | MB
