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Según Volkswagen, el problema del coche eléctrico es que no hay suficientes baterías

Christian Senger dirige desde hace casi un año la división de coches eléctricos de Volkswagen. Un difícil puesto en el mayor fabricante del mundo que de momento ha pasado de puntillas por el sector de la movilidad sostenible, y que ahora se enfrenta a una situación donde por un lado tiene que aparentar que acelera el paso en el sector de los eléctricos, mientras que por el otro mantiene su apuesta por los diésel.

Esta semana este directivo ha realizado una entrevista donde poner sobre la mesa la ambición del programa de VW, marcando como meta el ser el primer fabricante en lograr llegar al millón de unidades vendidas ya para el 2020, y tener una cuota de entre el 20 y el 25% para el 2025. Para lograrlo indica que el objetivo es poner en la calle vehículos que la gente quiera comprar. Para ello han escuchado a propietarios de modelos como el e-Golf, y han tomado nota de sus peticiones.

Estas se han centrado en aspectos como el menor precio, y mayor autonomía. Dos aspectos que según el directivo alemán ya están tratando de solucionar con una nueva generación que arrancará con el I.D. que en su momento ha indicado costará «más o menos como un Golf diésel» y que tendrá un a autonomía de entre 400 y 600 kilómetros.

Esto según el directivo alemán, supondrá que no seguirán el camino marcado por marcas como BMW, con el uso de la fibra de carbono. En su lugar optarán por unos vehículos fabricados con una mezcla de acero reforzado y aluminio, para de esa forma conseguir un equilibrio entre reducción de pesos y costes.

La clave del proyecto de Volkswagen será la nueva plataforma MEB. Una base en la que se sustentará el proyecto del coche eléctrico del grupo alemán, y que llega con la ventaja de poder albergar un sistema eléctrico sin necesidad de hacer malabarismos para alojar las baterías y los motores. Además permitirá la producción de vehículos de muy diferentes segmentos, desde compactos, hasta grandes todocaminos, y que podrán acoger packs de baterías de muy diferentes capacidades.

El gran problema para Volkswagen está precisamente en las baterías. Para el Sr Senger, en estos momentos hay un problema de suministro. «Si todas las empresas que actualmente fabrican baterías entregasen su producción a Volkswagen, no sería suficiente para cumplir nuestros objetivos«. La idea del fabricante germano es estimular la industria, y favorecer el crecimiento de la producción y la investigación que permita evolucionar a unas baterías que según Volkswagen, evolucionan un 6% cada año.

Pero no sólo la producción de baterías es un problema para Volkswagen. También los son los prolongados tiempos de recarga de los coches eléctricos. Un argumento que podría ser perfectamente válido, de no ser por la ridícula solución que propone el jefe de la división de coches eléctricos de Volkswagen. Y es que para este, la idea sería dotar a los coches de nueva generación con un cargador inalámbrico de 11 kW. Si, 11 kW, no nos hemos comido un cero.

Opinión

La conclusión es que Volkswagen no se está tomando en serio el despliegue del coche eléctrico, y además de realizar una aproximación lenta, también es una forma muy peligrosa ya que centrará el negocio sólo en la venta de coches y en servicios de comunicación, dejando todo el resto del espectro en manos de otros.

Y es que si no hay oferta de baterías para coches eléctricos, está claro que a medio plazo los fabricantes tendrán problemas para atender la demanda que no para de crecer, algo que obligará a poner en marcha nuevas instalaciones donde realizar parte o toda la producción de las mismas. Unas instalaciones que no se pueden poner en funcionamiento de un día para otro, y como ejemplo los siete años que necesitará la Gigafábrica de baterías de Tesla para terminar sus trabajos, y eso sólo para atender la demanda de medio millón de coches al año. Recordamos que Volkswagen quiere vender entre 2 y 3 millones para 2025. Unas seis Gigafábricas.

Elementos como la producción de baterías, que otros fabricantes alemanes como Mercedes han visto claramente que antes o después tendrá que tener una producción local para evitar la dependencia externa, así como segmentos como la energía, con una fuerte relación con los coches eléctricos, o el negocio de la recarga pública, y que permitirá a los fabricantes ofrecer soluciones integrales a sus futuros clientes, no forman parte del catálogo de futuro de VW.

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Vía | El Mundo

 

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