El gobierno británico ha confirmado la puesta en marcha de un ambicioso plan para tratar de reducir las cifras de emisiones en sus carreteras, y lo hará aumentando su apuesta por los coches eléctricos.
Además de poner fecha final a la venta de coches con motor de combustión, que se producirá en 2040, el gobierno de Reino Unido ha puesto sobre la mesa una fuerte inversión que supondrá el gasto de 1.000 millones de libras (1.121 millones de euros) hasta 2021.
El dinero se destinará tanto a los programas de ayudas a la compra de nuevos vehículos, así como a apoyar el despliegue de la infraestructura de recarga pública por todo el país. Una de las redes más amplias de Europa, que en los próximos años recibirá un importante impulso desde el gobierno.
Este proyecto se enmarca dentro de una iniciativa más amplia destinada a la reducción de emisiones, y de la dependencia de los combustibles fósiles. De esa forma además de apoyar el despliegue del coche eléctrico, también se invertirá hasta 2,500 millones de libras en proyectos de investigación, I+D e innovación que ayude a la reducción de emisiones.
Y es que el objetivo marcado por los acuerdos de París para los británicos no es precisamente modesto. Se ha impuesto un recorte del 80% de las emisiones de efecto invernadero respecto a las cifras de 1990 para el año 2050. Un plazo que parece bastante generoso, pero que supondrá un cambio radical en sectores como el transporte y también la producción eléctrica.
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Vía| Reuters
