Con el aumento de las ventas de coches eléctricos, los clientes preguntarán cada vez más al llegar a un hotel si tienen un punto de carga disponible. Esta cuestión es especialmente sensible en un país turístico como España, con gran afluencia de visitantes procedentes de países europeos próximos que suelen venir con su propio vehículo.
Con países de nuestro entorno que ya anuncian la prohibición de la venta de vehículos de combustión convencionales en 2040 y con los problemas de contaminación que afectan a las grandes ciudades europeas, se espera que los vehículos eléctricos se adopten de forma masiva en los próximos años, necesitando por tanto, una infraestructura de carga fiable, accesible y abundante.
Actualmente, la autonomía media de la nueva hornada de vehículos eléctricos a la venta, ya alcanza los 300 kilómetros. El fabricante Tesla, ya tiene modelos que alcanzan los 500 kilómetros de autonomía y dispone de una red de supercargadores distribuidos por las principales rutas europeas, lo que hace factible un viaje de larga distancia con un mínimo de planificación.
Por tanto, a medio plazo, será común asegurarse antes de realizar una reserva si el hotel de destino dispone de un espacio de carga para vehículos eléctricos. Si no se ofrece esta opción, puede que muchos clientes busquen otro lugar para su estancia.
Así como, hasta hace unos años, no se consideraba esencial la disponibilidad de wifi en las habitaciones del hotel, hoy en día es prácticamente inconcebible un establecimiento hotelero que no disponga de este servicio. Probablemente, de aquí a pocos años, será impensable que los hoteles no ofrezcan puntos de recarga para los propietarios de vehículos eléctricos.
Si bien es cierto que España lleva un ritmo más lento en la adopción del vehículo eléctrico, los países que nos rodean están acelerando el proceso de transición hacia la movilidad eléctrica. Por tanto hay que tener en cuenta que nuestro país, como receptor de turismo procedente del resto de Europa, debería estar especialmente interesado en fomentar una buena red de recarga en las zonas receptoras de turismo, así como en las rutas principales de llegada a las mismas.
Un punto de recarga también puede ser un buen reclamo para una cafetería o restaurante. La disponibilidad del mismo, puede hacer que un conductor de vehículo eléctrico decida pararse a comer o cenar en un restaurante con plazas para cargar su coche, en detrimento de otro que no disponga de ellas.
La instalación de puntos de carga por parte de hoteles o restaurantes, también requiere tener las siguientes cuestiones en cuenta:
- Se deben hacer visibles mediante señalización o en los anuncios de las páginas de reserva por internet. De nada sirve tener un punto de recarga si la gente no sabe de su existencia.
- Se deben distinguir las plazas de aparcamiento que se utilizan expresamente para la carga del vehículo eléctrico. Dichas plazas se tienen que señalizar para evitar que aparquen modelos de combustión y que se encuentren libres en todo momento para usuarios de coches eléctricos.
- Se debe realizar un mantenimiento exhaustivo del punto de carga, verificando periódicamente su buen funcionamiento. De nada sirve un cargador que no funciona por carecer de mantenimiento.
- Es conveniente instalar cargadores de diversos tipos. Para la gente que pernocte en el hotel será suficiente una toma convencional de 3 KW, mientras que para gente que se quede a comer o cenar en el restaurante se pueden instalar cargadores rápidos. Esta variedad permitirá atraer a mayor cantidad de clientes.
Conforme la autonomía de los vehículos eléctricos vaya aumentando y vayan existiendo más puntos de carga distribuidos por las carreteras, será más común plantearse un viaje largo con un mínimo de planificación. De hecho, aunque no al alcance de todos los bolsillos, ya es posible hacerlo cómodamente con cualquier modelo de Tesla, marca que se ha preocupado de distribuir estratégicamente supercargadores por las principales rutas europeas.
