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Las baterías para coches eléctricos podrían triplicar su capacidad gracias a una nueva química

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Waterloo sobre el uso de electrodos negativos fabricados con litio afirma que estos podrían aumentar de forma muy notable la capacidad de las baterías actuales, lo que supondría también incrementar la autonomía de los coches eléctricos.

Dicho estudio ha sido publicado en la revista Joule, y en él se explica que los científicos añadieron un compuesto a base de fósforo y azufre al electrolito de las baterías. El equipo de investigadores afirma que este compuesto reacciona con el electrodo de litio de las baterías recubriéndolo espontáneamente con una capa protectora extremadamente delgada.

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Dicha protección permite el uso de electrodos de litio en las baterías, lo que conlleva una mayor capacidad de almacenamiento. Supuestamente también tendrían asociada una menor degradación que en las baterías actuales. Las mejoras en la capacidad serían muy llamativas: se estima que supondrían multiplicar por 3 la capacidad de las actuales baterías de ion-litio.

Si bien esta tecnología suena prometedora, por el momento debemos verla como una propuesta más de las decenas que se ven a diario en relación con la evolución de las baterías en los próximos años (litio-aire, baterías de fluido electrolítico, etc). La inmensa mayoría de ellas no pasarán del plano experimental.

Lo más probable es que terminen todas eclipsadas por las baterías de electrolito sólido, por las que está apostando de forma unánime casi toda la industria, desde gigantes electrónicos como Samsung SDI, Panasonic, LG Chem o SK Innovation, hasta fabricantes de automóviles como Toyota o Hyundai.

A pesar de ello, es alentador ver como en todo el mundo se sigue incrementando la investigación relativa a la química de las baterías, tras décadas en las que la inversión fue mínima y las mejoras casi inexistentes, lo que impidió el desembarco definitivo del coche eléctrico.

Sin lugar a dudas, todos debemos agradecer al sector electrónico, y en especial a los teléfonos móviles y a los smartphone, la llegada de baterías cada vez más compactas, estables y capaces.

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Fuente | Futurism

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