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Los fabricantes americanos apuestan por la gasolina, mientras que los europeos abrazan al coche eléctrico

Durante el pasado Salón del Automóvil de Los Ángeles, los asistentes han podido comprobar la forma tan diferente que los fabricantes a uno y otro lado del Atlántico están afrontando la transición hacia forma de movilidad más sostenibles. Y curiosamente las marcas europeas lo están haciendo con una aplastante diferencia respecto a las americanas.

Algo que resulta bastante curioso si tenemos en cuenta que desde Estados Unidos nos llegan nombres como Tesla, que está liderando a nivel mediático esta nueva era del coche eléctrico, y que en 2018 quiere ampliar ese dominio también a las cifras de ventas. Podemos añadir a General Motors con su Chevrolet Bolt, que se ha colocado en lo alto de las listas de ventas en ese mercado.

Pero la realidad es que estas parecen dos excepciones que confirman la regla. Según los medios que han podido asistir al comentado Salón del Automóvil de Los Ángeles, la gran apuesta en cuanto a coches eléctricos llegaba de la mano de los fabricantes europeos, especialmente de los tres grandes alemanes. BMW, Mercedes y el grupo Volkswagen.

No había más que pasear entre sus propuestas para encontrarse en su mayor parte con modelos híbridos, híbridos enchufables y eléctricos. Y además de prototipos y modelos ya a la venta, se mostraban unos planes que indican que la cosa se acelerará en los próximos años.

Por ejemplo, en el caso de BMW hasta 2025 esperan poner en el mercado hasta 25 modelos dotados de sistema eléctrico repartidos entre sus marcas, tanto BMW como Mini. Entre ellos 12 serán eléctricos puros, y el resto híbridos e híbridos enchufables.

Estos modelos montarán tres kits de baterías modulares, con capacidades (probablemente netas) de entre 60 kWh (unos 450 km de autonomía según la marca, puede que bajo el ciclo de homologación WLTP), 90 kWh (550 km) y 120 kWh (700 km). Cada capacidad irá asociada a una denominación que identificará al modelo: 30e, 40e y 50e.

Al llegar al stand de Mercedes el visitante se encontraba con todo un ejército de enchufables. Por ejemplo la versión híbrida del GLE-550e, el Clase C350e, incluso el GLC F-Cell, que dispone de un sistema híbrido enchufable pero en lugar de un motor gasolina utiliza una pila de combustible de hidrógeno. Una mercedes que tiene entre sus planes ofrecer una versión eléctrica de cada uno de sus modelos para antes del 2022.

Por su parte en el espacio de Volkswagen, por primera vez se podían contemplar juntos los tres miembros de la familia ID. Una nueva generación que verá ampliado su número con nuevas propuestas, como una berlina, y que extenderá su tecnología por el resto del grupo alemán.

Un grupo que aspira a contar con una oferta de 50 coches eléctricos y 30 híbridos entre todas sus marcas, y a vender entre 2 y 3 millones de coches eléctricos al año para 2025. Una apuesta que comenzará esta nueva generación en 2019 con el arranque de la producción del primer modelo que usará la plataforma MEB, desarrollada de forma específica para sus coches eléctricos.

No nos olvidamos también de otras fabricantes europeos, como Jaguar, que está ultimando la línea de producción de las instalaciones de Austria para arrancar la fabricación del i-Pace. Un todocamino muy prometedor que sin duda tendrá en el mercado americano uno de sus focos de atención.

Por el otro lado los asistentes cuando llegaban a los stands de marcas americanas como Ford, tenían que rebuscar para encontrar alguna propuesta híbrida o híbrida enchufable. Una oferta que no solo no crece, sino que incluso disminuye con el reciente anuncio del final de la producción del C-Max Energi. Y si es difícil encontrar un híbrido de Ford, esto se transforma en imposible cuando hablamos de un coche eléctrico. Una situación que se extiende a General Motors, y eso a pesar de los planes de poner en el mercado 2 nuevos modelos eléctricos antes de 2020, y llegar a las 20 nuevas propuestas para 2023. Pero de momento, ni rastro de los mismos.

La conclusión es que a pesar de que podemos pensar que las marcas europeas van con bastante retraso en el sector del coche eléctrico, la realidad parece indicar que no vamos tan mal, siendo más preocupante la situación de los americanos. Salvo alguna excepción, como la propia Tesla.

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