Uno de los grandes nombres que hasta ahora ha pasado de puntillas por el sector del coche eléctrico es Toyota. Una marca que antes de iniciar esta nueva era seguro que muchos apostarían por que estaría en la cabeza de esta nueva industria, pero que se ha colocado por alguna razón inexplicable en la cola.
Pero parece que por fin los resortes del gigante japonés se han puesto en marcha, y han confirmado que trabajan en la puesta en marcha de una oferta de coches eléctricos, híbridos enchufables y a hidrógeno, que comenzará su despliegue a principios de la próxima década.
Esta se formará por un total de 10 modelos diferentes, que se repartirán entre las marcas del grupo, tanto la propia Toyota como por Lexus. Todo en un nuevo plan que pretende ofrecer una versión eléctrica, o al menos híbrida enchufable, de todos sus modelos para 2025. Un objetivo y fechas que curiosamente coincide con las propuestas hace un tiempo por el grupo Volkswagen.
Con esta inversión Toyota espera que para 2030 las ventas de coches eléctrificados, tanto eléctricos a batería, pila de combustible de hidrógeno, como híbridos e híbridos enchufables, alcance las 5.5 millones de unidades al año. Algo que supondría un 50% del total de ventas de Toyota si tenemos en cuenta las cifras del 2016.
En cuanto a las fechas, desde Toyota se ha indicado que comenzarán de forma gradual las entregas de coches eléctricos a lo largo de 2020. Unas ventas que como es habitual deberían comenzar por Japón, para luego extenderse a Europa y Estados Unidos, hasta llegar a China, donde esperan tener sus primeras propuestas para 2022.
Un proyecto que de nuevo nos lleva a pensar en las fechas que se ha marcado su gran rival, Volkswagen, que parece ser el que está empujando a Toyota a quitar el freno de mano de su programa eléctrico y lanzarse con más ambición.
Electrolito sólido
La clave además de mantener a la competencia a la vista, está también el desarrollo de una de las tecnologías más prometedoras para la próxima generación de coches eléctricos. El electrolito sólido. Un sistema que multiplicará la capacidad de las baterías en el mismo espacio que las actuales, y que permitirá con ello poner a la venta modelos con mucha más autonomía.
Según Toyota, esperan que a principios de la próxima década comenzarán a fabricar este tipo de baterías, convirtiéndose de esa forma en la primera gran marca en hacerlo. Algo que de confirmarse sería sin duda una forma perfecta de acortar los plazos para recuperar el terreno perdido.
En cuanto al hidrógeno, Toyota se mantiene firme en su apuesta, comenzado la expansión de esta tecnología tanto dentro del sector de los turismos, como a otros segmentos, como los vehículos comerciales e industriales. Por supuesto no se olvidará de sus rentables híbridos e híbridos enchufables, en los que seguirá invirtiendo para desarrollar versiones más potentes, pero también versiones más sencillas para lograr precios más económicos.
La gran pregunta es si Toyota llegará a tiempo, o para la fecha de desembarco la competencia habrá copado totalmente un mercado que se mueve a la velocidad de la luz, y donde plazos de tres o cuatro años parecen una eternidad. Pero Toyota tiene los fondos y tiene la tecnología para lograrlo. Sólo falta la voluntad y la visión.
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Vía | Autocar
