De acuerdo con diversos estudios, entre el 60% y el 80% de los propietarios de coches eléctricos los cargan en su casa, durante la noche. Además, entre un 30% y un 40% utiliza puntos de carga en su lugar de trabajo, y entre un 3% y un 4% puntos de recarga públicos.
Como puede verse, el porcentaje de uso de los puntos de carga públicos es realmente bajo, de hecho, la mayor utilidad de los puntos de carga públicos son los viajes ocasionales, los cuales se realizan pocas veces al año. A diario es mucho más práctico (y muchísimo más barato) cargar el coche en casa o en el trabajo.
A pesar de que numerosas empresas han mostrado su interés en crear puntos de carga públicos (sobretodo en países como Francia, Noruega o Alemania), la realidad es que este tipo de puntos se utilizan, por lo menos por el momento, muy poco, dándole poca rentabilidad económica a estas caras instalaciones.
Hay que tener en cuenta que estas estaciones de carga para coches eléctricos necesitan toma de tierra (tanto en corriente alterna como en corriente continua), conectores estándar en uno o varios formatos, medidas de seguridad, aplicaciones de smartphone, opciones de pago electrónico… También hace falta, por supuesto, una red eléctrica moderna y estable que abastezca los puntos de carga.
Dicho con otras palabras, la inversión inicial de este tipo de instalaciones es extremadamente elevada, y parece difícil que se puedan rentabilizar en un periodo corto de tiempo. Sin embargo, puede que esta situación pueda cambiar con los años: cuando los coches eléctricos se estandaricen, habrá muchas personas sin garaje que no tendrán donde cargar sus coches. Será bajo este supuesto cuando los puntos de carga pasen a ser rentables de verdad, pues los usuarios tendrán que usarlos todas las semanas para cargar sus coches.
Y vosotros, ¿qué opináis? ¿Son actualmente los puntos de carga públicos un tipo de negocio rentable?
