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Los fabricantes tradicionales perderán dinero con la venta de coches eléctricos, al menos hasta 2020

La empresa de inversiones Moody´s ha publicado un informe relacionado con el coche eléctrico. Un interesante estudio que pone sobre la mesa el elevado coste que este está teniendo para los fabricantes tradicionales, que tendrán que afrontar un periodo de adaptación doloroso a nivel económico.

Según el estudio, a corto plazo las diferentes marcas, exceptuando a Tesla, están perdiendo dinero en cada unidad que venden. Un informe centrado en el mercado norteamericano donde indican cada coche eléctrico vendido supone un déficit de entre 7.000 y 10.000 dólares por unidad vendida.

La producción de coches eléctricos supone una enorme inversión de capital ya que significa un inicio prácticamente desde cero. La inversión en plataformas dedicadas, además de baterías, supondrá que la balance de costes e ingresos no se estabilizará al menos hasta 2020. Algo que para Moodys, dependerá la velocidad con la que baje el precio de las baterías.

Según la Agencia de Protección Medioambiental de los Estados Unidos (EPA) el actual coste del kWh pasará de los 250 dólares actuales a una cifra estimada de 125 dólares el kWh para 2022. Una cifra muy cercana a la estimada por los expertos para la explosión comercial del coche eléctrico, los famosos 100 dólares el kWh.

Además de bajar su coste, los coches verán como se incrementan sus autonomías. El informe indica que entre 2017 y 2020 este crecimiento será del 17%, lo que llevará el alcance de modelos como el Chevrolet Bolt hasta los 448 kilómetros bajo el ciclo EPA, y el del Tesla Model 3 Long Range hasta los 583 kms.

A pesar de esto, las expectativas de la empresa de inversiones no son muy optimistas en cuanto a ventas. Para 2025 estiman que el coche eléctrico ocupará apenas entre el 7 y el 10% del mercado, mientras que para 2030 será de entre el 17 y el 19%.

Uno de los problemas es que la inversión se dividirá en diferentes frentes. Además del desarrollo de sistemas eléctricos, los fabricantes tendrán que poner dinero en otras tecnologías, como la conducción autónoma, la conectividad y el car sharing.

Entre las excepciones para Moodys está Tesla. Gracias a que se mueve en un sector premium, y además produce la mayor parte de sus componentes por su cuenta, el fabricante norteamericano logra sortear los problemas de rentabilidad con mayor facilidad. En cuanto a la capacidad de producción del Model 3, para la empresa de inversiones este año lograrán producir unas 200.000 unidades, y unas 100.000 del Model S y Model X. En total 300.000 unidades en 2018 que triplicarán las logradas el pasado año.

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Vía | FP

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