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¿Qué es un coche «mild-hybrid» o híbrido ligero? ¿Merece la pena su compra?

En los últimos tiempos, estamos asistiendo a un proceso de electrificación paulatina del parque automovilístico. Los motores eléctricos poco a poco se han ido introduciendo en nuestros coches, primero bajo la forma de híbridos, y ahora también como híbridos enchufables, eléctricos puros a baterías e incluso coches dotados de pila de combustible de hidrógeno.

La decadencia del diésel, el otora combustible europeo por excelencia, está acelerando todavía más la implantación de este tipo de motores. En este contexto, está comenzando a surgir un nuevo tipo de vehículo híbrido: los «mild-hybrid» (MHEV) o híbridos ligeros. Un tipo de solución que, como veremos a continuación, destaca por su simpleza técnica.

Un vehículo mild-hybrid dispone de un sistema eléctrico de 48 voltios gracias a una batería extra algo más grande que la de un coche convencional (de 12 voltios). Esto es utilizado para que el motor térmico reciba cierto grado de asistencia (normalmente gracias a un motor eléctrico de poca potencia acoplado al de combustión, si bien marcas como Audi utilizan como asistente un motor de arranque), si bien el coche nunca puede moverse en modo 100% eléctrico, al contrario que un híbrido convencional.

Con este sistema se consigue, por un lado, que disminuya tanto el consumo como las emisiones de gases contaminantes, mejorando además el rendimiento del coche, con más par a bajas revoluciones, cierta mejora en la aceleración y disminuyendo el lag en los motores dotados de turbocompresor. Además, este tipo de solución es mucho más económica que un híbrido al uso.

En realidad, un mild-hybrid no deja de ser un coche convencional con una ligera asistencia. En el futuro, es más que probable que la mayoría de modelos dotados de motores de combustión sean híbridos ligeros, pues es una forma barata de bajar las emisiones y amortizar los motores de combustión.

¿Merece la pena este tipo de híbrido? Desde nuestro punto de vista, es una buena solución para aquellas personas que por los motivos que sean, no se pueda permitir un híbrido puro o un vehículo enchufable. Sin embargo, sus emisiones y consumos son muy próximos a los de un coche normal, y su respuesta también, por lo que como método de propulsión alternativa no es excesivamente eficaz. ¿Su función? Estirar la vida de los motores de combustión unos años más.

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