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Renault y Nissan negocian su integración completa. Estas podrían ser las repercusiones para su programa de coches eléctricos

Esta semana ha saltado a la primera página de las noticias una posibilidad que lleva un tiempo en el aire. El paso de Alianza a la creación de un grupo entre Renault y Nissan. Una relación estrecha bajo el actual formato, que ahora se encamina a una completa integración entre dos de las marcas que más han apostado por el coche eléctrico y que buscan seguir el modelo de grupos como Volkswagen.

El objetivo de esta fusión es acelerar las sinergias. Esto tendrá su impacto también en un programa eléctrico muy necesitado de la rebaja de costes. En 2019 se pondrá en marcha una plataforma conjunta que permita entre otras medidas, lograr una reducción de los costes de componentes como las baterías de un 30% entre 2019 y 2022. Algo que se extenderá también al compartir las compras de otros componentes, como motores, inversores, cargadores y el resto de la electrónica de los coches. Movimientos que nos llevan irremediablemente a un escenario con unos precios más competitivos.

Gracias a este movimiento, las marcas del grupo podrán usar la nueva plataforma CMF-EV. Desarrollada desde 0 para ser 100% eléctrica (al igual que la MEB de Volkswagen), esta arquitectura será tan flexible que permitirá la creación de coches eléctricos de todo tipo, tanto SUVs como berlinas, desde el segmento B (Renault Clio) hasta el segmento D (Renault Talisman).

De esta forma podríamos ver como la nueva generación no tiene que vivir la actual situación que hasta cierto punto es absurda. Por un lado Renault no dispone de un coche por encima del ZOE, mientras que Nissan adolece justo de lo contrario, con el LEAF como única propuesta en el segmento de los turismos. Y además hacerlo sin necesidad de enormes inversiones por separado.

También podríamos ver como se dice adiós al problema de las baterías en Nissan. Algo que seguramente ya veamos en el actual LEAF a finales de este mismo año cuando se le instalen por primera vez celdas de LG. Un movimiento que además de cambio del celdas, es muy probable que además suponga la adopción de un sistema de refrigeración en las baterías para los modelos conjuntos. Una de las peticiones más repetidas por parte de los usuarios a Nissan.

Otro aspecto es la recarga. Sin duda este acuerdo supondrá un reto definitivo a la relación de Nissan con el formato de recarga CHAdeMO. Lo normal sería que con este se diese por terminado el mismo con el formato nipón. Algo que permitirá a la nueva marca adoptar ya sin problemas el formato CCS Combo en Europa.  Algo que pondrá final a la absurda guerra de formatos que hemos sufrido en nuestro mercado ya que precisamente Nissan es el principal y casi único defensor del formato japonés.

Un formato que se combinará con la carga en alterna a 22 kW, que desde Renault ya se ha confirmado mantendrán aunque instalen un cargador CCS Combo. Un formato muy popular en Europa que permite poner en marcha puntos de recarga con buenas cifras de potencia, pero mucho más económicos que los rápidos de 50 o más kW, y que es uno de los aspectos que más echan en falta los propietarios de un Nissan eléctrico.

Con esta integración, además de podrá integrar en la oferta de las plataformas CMF-C/D de Renault y Nissan los sistemas híbridos enchufables de Mitsubishi. Algo que de nuevo permitirá compartir componentes entre las marcas para reducir sus costes y lograr extender las motorizaciones incluso entre las marcas más populares del grupo, como Dacia.

Otro de los aspectos que se beneficiará de esta fusión será el programa de conducción autónoma. Hasta ahora cada marca ha ido por su cuenta, lo que supone duplicar esfuerzos. Gracias a la suma de fuerzas, se logrará acelerar el desarrollo y reducir los costes. Aspectos clave para dar un impulso definitivo a una tecnología que encara su fase más crucial.

La conclusión es que al menos sobre el papel, esta suma de fuerzas entre Renault y Nissan sólo traerá cosas buenas para el programa de coches eléctricos. No sólo se logrará reducir costes de producción, que lo normal sería que se acompañen de bajadas de precios de venta de los vehículos. También supondrá la combinación de lo mejor de cada marca en una oferta más competitiva en todos los aspectos lo que acelerará las ventas y con ello lograrán antes el objetivo de conseguir que un coche eléctrico sea más barato que un diésel o gasolina.

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