¿Quieres estar informado diariamente con las últimas novedades del mundo del motor?

Ahora no Permitir

Una prueba enfrenta al Autopilot de Tesla con el Super Cruise de Cadillac (Vídeo)

El Autopilot de Tesla fue el primer sistema de conducción semi-autónoma comercial de gran difusión cuando comenzó a venderse hace unos años. Parte de la fama de Tesla se debe al Autopilot, si bien poco a poco el resto de grupos automovilísticos van lanzando nuevos sistemas preparados para competir contra el famoso asistente de conducción de la marca californiana.

Uno de los sistemas de conducción autónoma más destacados del panorama comercial es el Super Cuise de Cadillac, perteneciente a General Motors. Según algunos estudios, actualmente el grupo americano es el que más ha avanzado en el terreno de la conducción autónoma, estando al nivel de Waymo (Google). Sin ir más lejos, en 2019 General Motors comenzará a ofrecer en San Francisco un servicio de taxis autónomos de nivel 5 sin volante o pedales.

Ahora, podemos ver a ambos asistentes enfrentarse en una interesante prueba en carretera abierta. El enfrentamiento se produce entre un Tesla Model 3 y un Cadillac CT6. Si bien la prueba no se centra en los modelos en sí (no sería justo enfrentar al Model 3 del segmento D al enorme CT6 del segmento F), la comparación entre los sistemas de conducción autónoma sí que puede realizarse en igualdad de condiciones, pues el Autopilot es el mismo que equipan los más lujosos Model S y Model X.

Hay dos principales diferencias entre ambos sistemas. La primera es que mientras que el Autopilot obliga a tener las manos en el volante, el Super Cruise permite dejar de agarrar el volante mientras se utiliza: es un auténtico sistema «manos libres». Para comprobar que el conductor sigue atento a la carretera, el Super Cruise utiliza un sensor que detecta cuando deja de mirar a la carretera, incluso aunque lleve gafas de sol. En caso de que el conductor se distraiga, el coche le avisa mediante señales sonoras y luminosas.

La otra gran diferencia está en que mientras que el Autopilot se puede utilizar en cualquier carretera, el Super Cruise está limitado a aquellas carreteras que han sido mapeadas anteriormente por General Motors de forma precisa con vehículos dotados de LiDAR. Este tipo de mapeados permiten una reconstrucción precisa del entorno, por lo que otras empresas están trabajando en ello, como TomTom en alianza con Renault.

El Autopilot probado no había recibido todavía la actualización 2018.10.4, que ha mejorado enormemente el rendimiento del sistema de Tesla. Así, a lo largo de la prueba podemos ver que el Model 3 sufre del efecto «pingponging» (va rebotando contra las líneas de la calzada), y en carreteras anchas va de un lado a otro del carril y se coloca sobre las líneas divisorias mediante giros de volante bruscos, lo que ocasiona un comportamiento incluso peligroso, pues la sensación es la misma que la de ver a un borracho conduciendo el coche en zig-zag. Afortunadamente, parece que estos comportamientos han sido subsanados en la última actualización.

Otra diferencia interesante es que el Super Cruise no permite los cambios de carril automáticos: el conductor debe tomar el volante (la señal luminosa del volante pasa entonces de verde a azul), y una vez ha completado el cambio de carril, puede volver a soltar el volante cuando el sistema se lo indica (es decir, cuando el indicador pasa de nuevo a verde). El Autopilot permite el cambio de carril automático accionando el intermitente.

El Super Cruise asimismo no funciona en intersecciones y zonas de obras, mientras que el Autopilot sí. Podemos concluir por lo tanto que el sistema de General Motors está más limitado que el de Tesla, pero que a cambio permite no llevar las manos en el volante y otorga una mayor confianza en su funcionamiento.

Fuente | Edmunds

Compártelo: Compartir en WhatsApp Compartir en Menéame