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Cinco cosas a tener en cuenta si te vas a comprar un coche eléctrico

La compra de un coche eléctrico no se limita sólo a la búsqueda del modelo que mejor nos encaje en nuestro recorrido y presupuesto. Además debemos tener en cuenta otros factores que nos permitirán lograr una experiencia más satisfactoria y sacar un mejor partido a nuestra inversión. Es por eso que vamos a realizar una pequeña lista de algunas cosas a tener en cuenta.

El punto de recarga. Con el crecimiento de las autonomías, cada vez más gente se anima a la compra de un coche eléctrico sin contar con plaza de garaje ni cargador en su vivienda. Esto es algo posible, aunque no del todo recomendable. Lo ideal es contar con una plaza y con un cargador para poder disponer de un lugar asegurado donde recargar nuestras baterías. Una operación que no resulta demasiado compleja y que la legislación en España permite completar sin necesidad de depender del permiso de la comunidad de vecinos. Simplemente con una notificación será suficiente. Luego cada uno tendrá que adaptar la elección del punto y de la potencia del mismo según su presupuesto y necesidades.

En este caso añadir que a pesar de que la instalación de un punto de recarga no es demasiado compleja, lo ideal de nuevo es acudir a un profesional cualificado que realice una instalación de calidad y que nos garantice el poder recargar sin sorpresas, en una operación cuyo precio puede variar de forma muy importante según el caso. Y es que cuánto más lejos el punto de contador, más metros de cable y más obra necesitaremos. De esa forma podemos pensar que una instalación sencilla puede realizarse por apenas 100 o 200 euros, mientras que una más compleja puede ascender a cifras entre los 500 y los 1.000 euros, sin incluir el cargador.

Un cargador que es otro mundo aparte, y donde podemos encontrar un universo de modelos diferentes donde elegir. Desde los más sencillos y económicos, que se suelen caracterizar por un diseño más tosco y con precios entre los 300 y los 500 euros, mientras que los cargadores de gama media y alta para el hogar rondarán los 700 o 1.200 euros. ¿Cuál elegir?. Eso ya depende de cada uno y sus preferencia, presupuesto, necesidades…etc. Pero un consejo básico es solicitar que este punto tenga control dinámico de potencia. Un elemento básico que cada vez añaden más puntos y que nos permite poder cargar el coche sin tener que elevar la potencia de la vivienda, y sin riesgo de que salten los automáticos.

Las redes de carga públicas

Aunque carguemos en casa, es muy importante conocer y saber usar las redes de recarga pública. Una selva donde podemos encontrar desde puntos abiertos al público donde llegamos y cargamos gratis, hasta otros que necesitan su propia tarjeta. Lo normal es la tendencia hacia un uso con una aplicación. Pero incluso en este aspecto cada red tiene su propia app, lo que hace que tengamos que analizar con detalle cuales son las disponibles en nuestra zona, y sobre todo las que habrá en nuestros recorridos más lejos de casa.

Tampoco menos importante es la cuestión del formato de carga. Poco importa si tenemos una estación, si esta no cuenta con el formato de nuestro coche. La tendencia del mercado en la recarga lenta es hacia el formato de Tipo 2, conocido coloquialmente con el nombre comercial de Mennekes, y que utilizan la práctica totalidad de los coches nuevos. Sólo unos pocos resisten con el Tipo 1, que es el usado por los modelos japoneses y alguno de los eléctricos de primera generación. Por lo tanto, asegurarse de que el coche tenga Tipo 2. En cuanto a la recarga rápida, aquí el mercado se mueve hacia el formato CCS Combo. En este aspecto decir que muchas de las redes están instalando puntos con varios formatos, CCS combo y CHAdeMo, pero las más nuevas como IONITY lo hacen sólo con CCS Combo. Algo que nos indica que lo ideal es optar por este último sistema.

Tiempos de carga

También clave comprobar antes de comprar el coche los tiempos de carga, principalmente en los puntos rápidos. Algo crucial si vamos a utilizar el coche en viajes de larga distancia de forma habitual. Los primeros modelos llegados al mercado podían en el mejor de los casos alcanzar los 50 kW. Una cifra máxima que dependiendo del modelo podían mantener más o menos tiempo. En este aspecto lo más recomendable es analizar los tiempos de carga hasta el 80%, que nos determinará el tiempo que tendremos que esperar en una estación cada vez que paremos para una carga rápida. Una cifra que ha ido evolucionado, pero no en todos los vehículos. Por eso debemos vigilar este aspecto.

Por ejemplo, tenemos al nuevo Hyundai IONIQ. Un modelo que sobre el papel cuenta con una gran relación precio-consumo-autonomía. Pero en este caso el coreano patina de forma flagrante en la velocidad de carga. Monta el mismo sistema de carga de hasta 100 kW de la versión anterior, pero por culpa de factores como el menor espacio entre las celdas, Hyundai ha limitado la potencia de carga de forma drástica necesitando nada menos que 54 minutos en recuperar el 80% de su carga y llegando a un pico de apenas 47 kW. Y eso en condiciones idóneas en las que las marcas realizan sus pruebas. Una cifra que podemos comparar con los mismos 54 minutos que necesita su hermano el Hyundai Kona eléctrico para alcanzar el 80%, pero con una batería con casi el doble de capacidad, 64 kWh, o con el nuevo Renault ZOE, con un 37% más de batería y que necesita apenas 2 minutos más que el propio IONIQ para alcanzar el 80%.

Tiempos de carga hasta el 80%. (Capacidad útil de las baterías)

Hyundai IONIQ (38 kWh): 54 minutos

Renault ZOE R135 (52 kWh): 56 minutos

Hyundai Kona (64 kWh): 54 minutos

Peugeot e208 (46 kWh): 30 minutos

Volkswagen ID.3 (58 kWh): 30 minutos

Tesla Model 3 LR (74 kWh): 22 minutos (Supercargador V3 de 250 kW)

Las ayudas públicas

No debemos olvidarnos de las ayudas públicas. Unos incentivos que pueden rebajar el precio del vehículo en hasta 5.500 euros, y que en España cuentan con el hándicap de no contar con una regulación muy clara. Pero antes de la compra, debemos comprobar si en nuestra comunidad hay disponibles fondos. Algo que nos pueden indicar en el concesionario de cualquiera de las marcas con eléctricos a la venta.

Eso si, en este aspecto hay que tener en cuenta que al menos en el Plan MOVEA de este año, es obligatorio el achatarrar un coche con motor de combustión para acceder a la ayuda. Una aberración que parece que en 2020 será subsanado. También debemos tener en cuenta que las ayudas contabilizan como un ingreso, algo que nos repercutirá durante la presentación de la declaración de la renta donde tendremos que «ajustar» cuentas con la administración con la correspondiente devolución dependiendo de nuestros ingresos ese año. Pero incluso con una devolución del 25%, unos 1.375 euros, habremos logrado reducir el precio del coche en 4.125 euros.

Coches de ocasión

El mercado de ocasión es cada vez más tentador e interesante para los que busquen un modelo con un precio más accesible. Uno de los aspectos más positivos de esta opción es que los coches eléctricos son menos propensos al maltrato mecánico por parte de sus propietarios. Algo que se puede resumir en el estado de la batería. Un aspecto que podremos y debemos comprobar siempre antes de realizar la compra. Especialmente si el vehículo ha estado mucho tiempo parado en un concesionario.

Para saber el estado de la batería tenemos dos opciones. Una es buscar un dispositivo OBD que se conecte al sistema del vehículo y que nos indique el estado de salud de la batería. Unos sistemas que varían según qué modelo, y que podremos encontrar en cualquier página de venta de productos electrónicos. La otra si no queremos hacer esto es acudir al concesionario de la marca, y solicitar un diagnóstico de dicha batería. Algo fundamental si la compra se realiza precisamente en un establecimiento oficial.

En este aspecto añadir un aviso muy importante y es el evitar en la medida de lo posible modelos sin refrigeración en la batería. En este caso el Nissan LEAF de primera generación, 2011-2017, que se ha convertido en un verdadero calvario para sus propietarios por culpa de una batería que pierde capacidad de forma dramática. Podemos sentirnos tentados por una oferta jugosa, pero debemos saber que la autonomía de dicha batería será cada vez menos, y sin un fondo que lo detenga, existiendo unidades con apenas 20 kilómetros de autonomía.

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