El gobierno inglés está decidido a reducir lo más rápidamente posible su dependencia energética exterior. Para ello ha puesto en marcha un plan valorado en 730 millones de euros.
Este presupuesto será destinado a incentivar las ventas de coches eléctricos. Durante los próximos tres años, se invertirá un total de 243 millones de euros en dotar de fondos las ayudas directas. Los consumidores británicos disfrutarán de hasta 6.000 euros, que permitirá reducir el elevado precio de los vehículos.
El ejemplo inglés nos sirve para comparar con el que tenemos en España. Donde hemos estado casi seis meses esperando la aprobación del programa anual. Esto quiere decir que se tarda tanto en aprobarse, como el tiempo que estará vigente. Por otro lado no podemos dejar pasar la oportunidad de comparar las cifras, y si en España se invierten apenas 10 millones de euros, los ingleses alcanzan los 81 millones por año.
Pero este plan es mucho más que simples ayudas directas. Se contempla un plan integral que destinará 38 millones de euros para continuar extendiendo la infraestructura de recarga. Una de las redes más extensas de todo el mundo, pero que seguirá creciendo.
También se crearán zonas de especial protección. Zonas donde los coches eléctricos tendrán beneficios a la hora de circular. Por ejemplo, con la posibilidad de moverse por los carriles bus, y con exención del pago de los aparcamientos.
Pero el gobierno británico es consciente de que los coches deben evolucionar. Para ello invertirán 121 millones de euros en I+D. El objetivo es desarrollar tecnología de ultra bajas emisiones, que permita crear una industria del diseño y fabricación de vehículos eficientes. Esto según el ejecutivo, supondrá la creación de miles de puestos de trabajo cualificados.
Por si eso no fuera poco, la inversión de Inglaterra en energías renovables permitirá reducir su dependencia energética exterior de forma paulatina. El pasado año Reino Unido ha invertido 12.580 millones de euros, nada menos que 17 veces lo que invertimos nosotros, que damos pasos, pero en el sentido contrario, con una inversión que ha caído a niveles del 2001.
Vía | Independent
