Ayer hemos hablado del Audi Q8 e-Tron. Nombre provisional del que será uno de los primeros rivales del Tesla Model X dentro de un segmento, el de los todocaminos eléctricos, que parece contar con más potencial del estimado.
Si la respuesta al Model S todavía no tiene fechas ni confirmaciones, el impacto del Model X parece que ha sido más importante todavía dentro de los grandes fabricantes. El último en apuntarse es Volvo. Que ha confirmado que se encuentra desarrollando una variante eléctrica del XC90.
De esta ya conocíamos la versión híbrida enchufable. Un modelo que el próximo año sustituirá al exitoso V60 Plug-in. Un XC90 pensado para el mercado global, y que contará con apenas 50 kilómetros en modo eléctrico.
Pero en la recámara, Volvo guarda una bala inesperada, y de lo más interesante. Los casi 500 kilómetros del Model X no son precisamente para echarse a dormir la siesta. Algo de lo que son conscientes en Volvo, que ven como el SUV norteamericano puede abrir una importante vía en los mercados del norte y centro de Europa, principal sustento de Volvo.
Con esto en la mano, el fabricante sueco trabaja a marchas forzadas para poner en el mercado un todocamino eléctrico. Una variante que llegaría al mercado en dos o tres años, y que aprovechará la experiencia de los nórdicos acumulada en los últimos años.
Pero el listón es muy alto, y Tesla juega con ventaja gracias a su red de supercargadores. Una ventaja muy importante que los grandes como Audi o Volvo tendrán que contrarrestar con una oferta más atractiva que la de Tesla. Algo que a priori se antoja realmente complicado, aunque no imposible.
Vía | Ecomento
