La recarga sin cables amenaza con convertirse en una de las tendencias de las próximas generaciones de coches eléctricos. Un sistema con infinitas posibilidades que nos permitirán desde reducir el riesgo de vandalismo en las instalaciones públicas, hasta llegar a ofrecer recargas en movimiento sin necesidad de elementos externos.
Ahora Google se ha embarcado en al misión de desarrollar una tecnología que está a las puertas de la ciudad, pero que necesita perfeccionar algunos detalles que han impedido que de momento tenga aplicaciones comerciales reales en el sector del coche eléctrico.[blocktext align=»left»]
Inglaterra empieza a estudiar el potencial de la recarga inalámbrica en movimiento de coches eléctricos [/blocktext]
Para ello Google está probando dos sistemas diferentes creados por las empresas Hevo Power,y Momentum Dynamics. La primera tendrá el objetivo de instalar los primeros cargadores inalámbricos en la sede central de Google en Montain View.
Detrás de todo esto está la idea de diseñar un sistema de recarga lo más sencillo posible, que permita a los coches autónomos reducir a la mínima expresión su dependencia de un humano. Hasta ahora cada vez que necesitan una recarga, es necesario que un operario conecte cada coche a su toma de corriente correspondiente. Algo que desde la tecnológica quieren eliminar con un sistema sin cables. El coche simplemente tendrá que estacionarse sobre el emisor, y esperar a que la batería alcance el nivel de carga deseado.
Un sistema mucho más sencillo que el brazo robótico de Tesla, pero que tiene por delante retos como el de la potencia máxima, la eficiencia de la recarga, y sobre todo, la desconfianza del consumidor a las emisiones electromagnéticas. También aunque parezca increíble, la creación de un formato común para todos los fabricantes que permita a cualquier coche recargar en cualquier emisor, y no repetir la absurda guerra de formatos que sufrimos en la era del cable.
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Vía | IB Times
